martes, 31 de enero de 2012

Pizza de mozzarella, rúcula y tomatitos cherry

Lo bueno de esta pizza es la combinación de los ingredientes: el queso, la rúcula y los tomatitos. Forman un trío genial y recomiendo esta pizza todos los amantes de esta receta de Italia. Para montar una gran pizza familiar o dos de las que nos dan en las pizzerías necesitamos,
Para la masa:
  • 300 g de harina de fuerza
  • 15 g de levadura prensada de panadero
  • 150 ml de agua tibia
  • 2 cucharadas rasas de aceite de oliva
  • 1 pizca de sal
Y para el relleno:
  • Tomate triturado escurrido
  • 2 quesitos de mozzarella (si puede ser de búfala mejor)
  • 8 tomatitos cherry
  • 1 bolsita de rúcula
  • Orégano o tomillo
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal
  • Olivas negras para decorar
Para comenzar con la diversión, acordaros las familias con niños que ellos pueden participar y disfrutar de la masa y el pringue ( les encanta!), colocamos la harina en forma de volcán sobre una superficie lisa de la cocina y en el interior añadimos la mitad del agua donde diluiremos la levadura. Seguidamente añadimos la sal disuelta en el agua restante y empezamos a agregar la harina de adentro hacia afuera hasta conseguir una bola de masa pegajosa y húmeda. Amasamos durante 10 minutos hasta que veamos que esta masa se hace compacta, lisa y empieza a despegarse de las manos.
Pasamos la masa a un bol amplio espolvoreado con harina, tapamos con un paño y dejamos fermentar durante 1 hora en un lugar templado.
Mientras escurrimos el tomate al máximo y cortamos uno de los quesitos mozzarella a dados pequeños y reservamos.
Transcurrido el tiempo veremos que la masa ha aumentado el doble su volumen, la ponemos en una superficie de trabajo sobre una placa de horno untada con un poco de aceite y la extendemos con las manos  formando un borde por todo el perímetro.
Precalentamos nuestro horno s 200º. Repartimos el tomate triturado por toda la superficie de la pizza. Repartimos uno de los quesos mozzarella, aliñamos con un chorrito de aceite y pizca de sal e introducimos la pizza en el horno. A los 10 minutos la sacamos y le añadimos los tomatitos cherry enteros repartidos por la pizza, las olivas negras y la volvemos a meter en el horno durante 5-10 minutos más. Pasado el tiempo la sacamos del horno, le añadimos los dados de la mozzarella, la rúcula y espolvoreamos con orégano,  aliñamos la rúcula con un chorrito de aceite de oliva y ya tenemos nuestra pizza lista para cortar y comer.


Purrusalda o "purrulanda"

Este plato muy típico en el norte de España se compone básicamente de puerros y patatas estofadas en abundante caldo y con trozos grandes. Como en todas las recetas hay múltiples variaciones aunque todas aportan sabores al plato tradicional.
La receta que hoy  vamos a dar es muy completa y sabrosa, posiblemente una de las mejores aunque ninguna desmerece.  Acompañada de una ensalada completa nos aportará todos los nutrientes necesarios.
Necesitaremos:
  • 200 g de bacalao desalado cortado a trozos o desmigado
  • 4 puerros medianos
  • 300 g de patatas
  • 3-4 zanahorias
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 1 hoja de laurel
  • Sal y pimienta
  • 1 cucharadita de  pimentón (a gustos si pica o no)
 Ponemos una cacerola al fuego con 4-5 cucharadas de aceite de oliva virgen, incorporamos la cebolla y los ajos picados y rehogamos durante 5 minutos. Añadimos los puerros lavados y partidos en trozos bastos, las zanahorias y las patatas lascadas. Rehogamos el conjunto unos minutos, salpimentamos, ponemos el pimentón, damos unas vueltas y añadimos el bacalao sin espinas. Cubrimos con agua justo  un centímetro por encima de los ingredientes, rectificamos de sal teniendo en cuenta que el bacalao seguramente le aportará una pequeña cantidad incluso si está bien desalado,  introducimos la hoja de laurel y tapamos. Dejamos cocinando a fuego bajo durante 30 minutos en cacerola normal o 10 minutos en olla rápida.
Pasado el tiempo destapamos, probamos el punto de sal, retiramos la hoja de laurel y servimos en sopera.

lunes, 30 de enero de 2012

Salteado de pescado y verduritas al estilo oriental

Es una combinación buena pero la magia que tiene es la textura de los ingredientes, simplemente salteados y conservando cada uno su propia esencia, unidos por el toque de la mezcla de especias. Podríamos encontrarlo en cualquier restaurante oriental pero en esta ocasión lo prepararemos en casa.
Ingredientes para 4 personas:
  • 250 g de rape cortado en dados
  • 250 g de gambas
  • Sal y pimienta
  • Zumo de ½  limón
  • 2 tallos de apio tierno
  • 2 calabacines
  • 1 pimiento rojo
  • 2 cebollas tiernas medianas
  • 100 g de setas shiitake
  • Aceite de oliva virgen
  • 3 cucharadas de jerez seco
  • 1 cucharada de curry
  • 1 cucharada de harina fina de maíz (maicena)
  • Ralladura de jengibre
  • 1 pizca de cilantro
  • 3 cucharadas de salsa de soja
  • 100 ml de fumét de pescado (podemos hacerlo con las raspas del rape y un poco de perejil).

Cortaremos el rape a dados, pelaremos las gambas y mojaremos con el zumo de limón. Cortaremos las verduritas en rodajas, tiras y dados para hacerlo más divertido. En sartén pondremos  4 cucharadas de aceite y saltearemos el rape y las gambas a fuego vivo durante 3 minutos y reservaremos.
Añadiremos algo más de aceite y saltearemos las verduras a fuego medio durante 8-10 minutos hasta que estén al dente. Las mojaremos con el jerez, dejaremos reducir 1 minuto.
Mezclaremos la maicena con las especias, la salsa de soja y el caldo de pescado y añadiremos a las verduras. Dejaremos hervir 3 minutos. Añadiremos el rape y las gambas, daremos dos vueltas y listo.
Preparar este plato nos va a costar media hora y el resultado será un éxito que agradecerán los comensales. Hoy comida oriental!


 
COMENTARIO NUTRICIONAL
Esta receta está perfectamente equilibrada en cuanto a alimentos y nutrientes y técnicas de cocción. La cocción “al dente” en la que la temperatura no aumenta excesivamente, permite cocer las verduras pero dejándolas un punto más duritas, de esta manera conseguimos mantener la cantidad de vitaminas y minerales que con el aumento del calor se van desintegrando. Además, es una buena manera de incorporar pescado en nuestra dieta y qué mejor que el rape, sabroso y sin espinas. Se trata de un pescado blanco que contiene proteínas de alto valor biológico y cuyo contenido graso es muy bajo. Constituye una fuente importante de minerales como potasio, fosforo, magnesio, calcio, hierro y sodio. En cuanto a vitaminas, importante destacar las del grupo B.
En conjunto, es una receta que debido a su bajo contenido graso resulta fácil de digerir y de escaso valor calórico, perfecta dentro del contexto de la Dieta Mediterránea como plato semanal. Además, también es beneficioso para aquellas personas que siguen dietas de pérdida de peso. Probad a utilizar un wok para la cocción, con menos cantidad de aceite las verduritas os quedaran más “crujientes”!!

miércoles, 25 de enero de 2012

Quiche de berenjenas y bacón

Quiche de berenjenas y bacón
 Es una solución rápida y fácil para preparar cuando hay invitados, en una ocasión especial o simplemente para cenar. Se puede rellenar con mil cosas, atún y gambas, espinacas y jamón, alcachofas etc.
Esta la rellenaremos con berenjenas que se pueden encontrar durante todo el año en nuestros mercados y unos trocitos de bacón para darle una chispa alegre.
Además no hay que complicarse amasando para hacerla, se compra del súper masa de hojaldre, congelada o fresca, se extiende a la medida del molde y se rellena.
Ingredientes:
  • 1 lámina de hojaldre (de la que se comercializa ya lista)
  • 2 berenjenas de tamaño medio (500 g aproximadamente)
  • 1 diente de ajo
  • 50 g de bacón cortado en dados
  • 2 huevos
  • 150 ml de nata fresca para cocinar
  • 40 g de queso parmesano o grana padano rallado
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva virgen
Pelaremos las berenjenas, las cortaremos a dados y las salaremos para que pierdan el amargo y agua.
En sartén pondremos 3 cucharadas de aceite de oliva y saltearemos el ajo cortado a láminas junto con el bacón. Lavaremos las berenjenas en el chorro, las escurriremos y las añadiremos a la sartén, freiremos durante 5 minutos y reservaremos.
Forraremos el molde con el hojaldre, pincharemos con un tenedor toda la base y hornearemos durante 5 minutos a 200º. Sacaremos del horno y rellenaremos con las berenjenas atemperadas. En bol aparte batiremos los huevos con la nata, salpimentaremos y añadiremos por encima de las berenjenas. Por último rallaremos el queso por toda la superficie de la quiche. Hornearemos durante 30 minutos hasta que veamos que empieza a tomar color dorado. Sacaremos y dejaremos atemperar.



 COMENTARIO NUTRICIONAL
Hoy tenemos un plato de fiesta! La quiche, una especie de tarta que admite múltiples variaciones e ingredientes para las mentes más imaginativas y una buena manera de aprovechar los beneficios que supone el consumo de verduras para utilizarlas como relleno. En este caso hemos utilizado la berenjena, verdura que contiene una cantidad intermedia de fibra, más abundante en la piel y en sus semillas. Como mineral a destacar tenemos el potasio, el más abundante y necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Interviene también en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. En la berenjena también se contabilizan cantidades minoritarias de fósforo, magnesio, hierro y calcio. Este último en este caso, aumenta también debido al queso y a la nata, lácteos que contienen gran cantidad de este mineral necesario para la formación y mantenimiento de las estructuras óseas y la prevención de la osteoporosis. En cuanto a vitaminas, la berenjena es rica en folatos y vitamina C, cantidades no significativas en comparación con el resto de verduras. Sin embargo, en este plato hay que tener en cuenta la presencia de alimentos grasos como la nata o el bacón, lo que supone un aumento de calorías considerable de la receta, razón por la que se desaconseja en personas que estén haciendo una dieta hipocalórica o baja en grasa para perder peso.




martes, 24 de enero de 2012

Coca de piñones y frutas confitadas (Coca de Sant Joan)

Esta receta es muy fácil de preparar y resulta muy agradable para la hora del café. La masa es esponjosa , muy sabrosa y junto con los sabores de las frutas y el crujiente de los piñones tostados le da un toque mediterráneo.
Para montar una coca para 4-6 personas necesitaremos:
  • 300 g de harina de fuerza
  • 20 g de levadura de panadero
  • 100ml de leche
  • 2 huevos
  • 75 g de mantequilla
  • 50 g de azúcar
  • La ralladura de 1 limón
  • Media copita de anís dulce
  • 75 g de piñones
  • 150 g de frutas confitadas
  • 1 bote pequeño de cerezas  en almíbar
  • 1 Pizca de sal
Lo primero será preparar una masa fermentada; disolveremos la levadura en la leche tibia, añadiremos el azúcar,  100 g de harina y amasaremos hasta formar una bola blanda y elástica. Taparemos con un paño y dejaremos en un lugar templado hasta que aumente su volumen el doble.
Con la harina restante haremos un volcán en un cuenco de amasar y en el centro pondremos los huevos, la mantequilla, la pizca de sal,  la ralladura de limón, el anís y amasaremos todo hasta formar una bola. Cuando la primera masa haya hecho el aumento uniremos las dos y amasaremos hasta conseguir una masa fina.
Prepararemos una placa de horno espolvoreada con harina y formaremos con la masa un rectángulo de 1 cm de grosor. Repartiremos por encima la fruta confitada, las cerezas, los piñones y dejaremos reposar en lugar templado hasta que de nuevo aumente o triplique su volumen(1ó 2 horas). Pasado el tiempo pintaremos la coca con huevo batido con cuidado de no desventarla y rociaremos con azúcar glas. Introduciremos la coca en el horno precalentado a 200 durante 15-20 minutos hasta que veamos que toma un color dorado.
Sacaremos del horno y dejaremos enfriar sobre una rejilla. Espero que os animéis a prepararla, es fácil y muy buena!

lunes, 23 de enero de 2012

Bacalao a la catalana

Bacalao a la catalana
Seguramente encontrareis varias recetas de este pescado pero es que me declaro un seguidor sin descanso de este pez especialmente de todos los preparados con el  de salazón.
En esta receta está especialmente sabroso aunque hay que vigilar el punto de sal, si dejáis el pescado con un puntito subido de sal es conveniente no añadirle al resto del guiso.
Ingredientes para 4 personas:
  • ½ kg de bacalao lo más grueso posible
  • 1 cebolla
  • 3 tomates maduros
  • 3 patatas medianas
  • 1 ramillete de perejil, tomillo y laurel
  • Perejil picado
  • Majado de: pan frito, piñones, ajo, almendras y avellanas tostadas
  • 50 g de harina
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Unas hebras de azafrán
  • Aceite de oliva virgen
Cortar el bacalao en 4 trozos y poner a remojo la víspera (si es grueso desalar entre 24-36 horas).
Una vez esté bien desalado escurrir y secarlo bien, pasar por harina y freír en aceite muy caliente (sellado). En cazuela de barro poner unas cucharadas del aceite de freír el bacalao y rehogar la cebolla picada fina. Cuando empiece a dorar añadir los tomates bien picados y rehogar hasta que evapore el agua de los tomates. Añadir el pimentón, dar unas vueltas y mojar  con un vaso de agua 250cc). En cuanto comience a hervir incorporar la picada, el ramillete de hierbas, las patatas cortadas en lascas y dejar cocer tapado y con el fuego al mínimo  hasta que las patatas estén blandas al pinchar.
Comprobar que las patatas están e incorporar el bacalao retirando el ramillete. Dejar cocinar 10 minutos a fuego bajo y tapado. Remover de vez en cuando el conjunto en circular desde la cazuela. Apagar el fuego y dejar reposar unos minutos.
Servir espolvoreando perejil picado.

domingo, 22 de enero de 2012

Arroz al horno con calabaza y pelotas

Es tradición en esta tierra, mi tierra, como cantaba Nino Bravo, comer arroz los domingos, paella de pescado, valenciana, como sea pero fundamental que el domingo haya arroz. Y si por causas variadas no se puede hacer en casa se va a comer al restaurante de confianza, porque, eso sí, un buen arroz no se encuentra fácilmente.
Hoy (domingo) hemos hecho un arroz al horno con garbanzos, costilla de cerdo y morcilla y, además, le hemos agregado unas pelotas y calabaza de asar, que le han dado un punto exquisito. De verdad os lo recomiendo, merece la pena.
Aquí está la receta para 4 personas:
  • 500 g de costilla de cerdo
  • 4 morcillas oreadas (que no sean del día)
  • 200 g de garbanzos cocidos
  • 250 g de calabaza de asar cortada en trozos
  • 4 dientes de ajo
  • 2 tomates maduros
  • ½ pimiento choricero cortado a trocitos
  • 1 cabeza de ajos (“perdiz”)
  • 400 g de arroz redondo
  • 6-8 pelotas (carne picada de cerdo, ajo, perejil, pimienta, huevo, pan)
  • 1 cubito de concentrado de carne
  • 800 ml de agua
  • Aceite de oliva virgen          
  • Sal y pimienta
  • Azafrán o colorante
Salpimentamos la costilla y la ponemos en la sartén con cuatro cucharadas de aceite hasta que esté bien doradita. Rehogamos un poco las morcillas y las reservamos. Trinchamos 4 dientes de ajo y los rehogamos en la sartén con la costilla, añadimos el pimentón y 1 tomate bien picado. Rehogamos el conjunto hasta que el tomate esté hecho, añadimos el arroz, le damos unas vueltas y apagamos el fuego.  
Precalentamos el horno a 200º. En cazuela de barro ponemos los garbanzos, la calabaza cortada a trozos, el cubito de caldo concentrado,  el agua, el colorante y lo ponemos al fuego.  En cuanto rompa a hervir añadimos en contenido del sofrito anterior y esperamos que vuelva a hervir, repartimos bien, incorporamos las morcillas, el otro tomate partido a lonchas, rectificamos de sal y lo metemos en el tercio inferior del horno durante 15-20 minutos.
Sacamos de nuestro horno y dejamos reposar 5 minutos. Ya podemos servirlo. ¡Buen provecho!



viernes, 20 de enero de 2012

Mejillones a la marinera

Mejillones a la marinera
Ricos en minerales y proteinas estos humildes moluscos nos pueden alegrar una comida preparándolos de variadas maneras. Gustan a todo el mundo, no solamente a los humanos. Cuando era crio, con seis o siete años, me juntaba con todos los de mi edad del pueblo (era un lugar pequeño), siete u ocho en total y nos solíamos ir a la playa a jugar. En verano nos pasábamos el día entero en el mar y casi todos los días recogíamos un puñado de mejillones, conchas, cangrejos y algún que otro pulpito que llevábamos a casa con ilusión para que las mamás lo cocinaran.
Allí donde había mejillones solía estar el pulpo cerca. Era fácil de adivinar  por la cantidad de conchas de erizos, de mejillones etc., que dejaba en la entrada de su madriguera.
Por aquel entonces venían muy pocos veraneantes de vacaciones (antes se les llamaba así), nos conocíamos todos, las playas incluso en pleno mes de agosto estaban prácticamente vacías. Las rocas estaban llenas de vida de todo tipo: cangrejos, conchas, erizos, pulpos, limones de mar, pepinos (también de mar), caracolas, algas de todos los colores, peces de todos los tamaños y formas y por supuesto alfombras gigantescas de mejillones que eran grandes filtros marinos que depuraban el agua. Pisabas el fondo de arena y salía una sepia de debajo del pié, o un lenguado.
Todo aquello ya forma parte de la historia y los recuerdos. Ahora, las rocas están peladas, por no haber no hay ni algas.
No se ven bancos de peces nadando en paralelo a las rocas buscando comida. Afortunadamente aún podemos saborear este tipo de molusco gracias a los criaderos, fábricas dedicadas al cultivo de estos y otros “productos del mar”.
Podemos acercarnos al mercado de nuestra ciudad y comprar en algún puesto de pescados 1-2 kg de estos sabrosos y baratos habitantes marinos. Si son muy frescos solamente abiertos al vapor y aliñados con una gota de limón resultan exquisitos.
Hoy los vamos a preparar con una salsa, de esta forma los podemos acompañar con un poco de pan para mojar y tener un segundo plato.
Ingredientes para 4 personas:
  • 1,5-2 kg de mejillones (buscar los del delta del Ebro, son muy sabrosos y pequeños, sino los gallegos)
  • 1 cebolla
  • 1 tomate maduro
  • 1 diente de ajo
  • 250 ml de vino blanco                                      
  • Pimienta negra molida
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Perejil fresco picado
  • Aceite de oliva virgen

Lo primero que haremos es limpiar los mejillones rascándolos por fuera con una puntilla y le quitaremos los filamentos o pié.
En cacerola grande (abultan mucho) calentaremos  3-4 cucharadas de aceite de oliva y rehogaremos la cebolla y el ajo picado fino durante 10 minutos removiendo a menudo.
Cuando la cebolla esté transparente añadiremos el tomate picado fino, seguiremos rehogando durante 6-7 minutos. Añadiremos el pimentón, un poco de pimienta y el vino y en cuanto rompa a hervir echaremos los mejillones, taparemos y esperaremos que abran. Una vez abiertos los escurriremos y reservaremos el caldo de la cocción. Pondremos este caldo de nuevo al fuego y lo reduciremos durante 4-5 minutos. Rectificaremos el punto de sal y lo verteremos sobre los mejillones, espolvorearemos con el perejil picado y ya estará listo nuestro plato.

jueves, 19 de enero de 2012

Pan integral de espelta


Siempre que voy a comprar a las grandes superficies suelo perder más tiempo en determinadas secciones: una es la de los vinos. Me gusta fijarme en los nombres que les ponen las bodegas a sus creaciones, ver qué relación tiene con la o las variedades de uva, con los viñedos de donde procede etc. Hay que decir que me gusta el vino. Y la otra sección es la de las harinas, allí me pierdo mirando la diversidad de preparados de todo tipo y para infinidad de recetas.
Ayer no pude resistir la tentación de comprar un paquete de harina de espelta. Había oído hablar de ella, incluso a mi padre que la llamaba con otro nombre que ahora no recuerdo.
Sabía que en la Edad Media era la que usaban para hacer el pan de la nobleza  por lo rica que es en nutrientes. He estado “cucuteando” en wikipedia para saber más y resulta que este cereal proviene de una especie silvestre cruzada espontáneamente con el trigo. A través del comercio por el Mediterráneo llegó a muchos lugares remotos desde el próximo Oriente, donde existen hallazgos documentados desde hace 7000 años.
Parece ser  que las espigas de este cereal cuando las muelen y preparan para convertirlas en harina son de una extremada dureza y por eso no resulta una harina fina como la de trigo panificable. Además se la considera una harina débil por lo que le cuesta retener los gases producidos en la fermentación y como resultado nos da un pan más consistente y pesado aunque de mejor sabor y más nutritivo.
Para hacer este pan voy a incluir un porcentaje de harina de fuerza para suplir esta falta de retención del gas, y voy a preparar con esa harina una espuma 1 hora antes de empezar el amasado para que le dé mayor empuje a la masa. También le voy a incorporar un poco de masa madre de la que me reservo siempre después de cada amasado para mejorar, si cabe, el sabor y la textura de nuestro pan de espelta.
Por lo tanto, espero que salgan 2 barras con esta proporción:
  • 350 g de harina de espelta
  • 150 g de harina de fuerza
  • 15 g de levadura prensada
  • 100g de masa madre
  • 300ml de agua tibia
  • 10 g de sal




En un cuenco para amasar desleímos la levadura en el agua y añadimos la harina de fuerza, mezclamos bien y tapamos con un trapo dejándolo en lugar templado durante 1 hora aproximadamente.

Pasado el tiempo veremos cómo se ha formado como una espuma llena de burbujas de aire, añadiremos la harina de espelta, la sal y amasaremos durante 15 minutos hasta que notemos que la masa se desprende de las manos. Haremos una bola y dejaremos descansar tapada con un paño hasta que veamos que ha doblado su volumen.  Partiremos la masa en 2 trozos iguales en peso,  y daremos forma de barras o panes  redondos. En este caso una barra  la he adornado con aceite y semillas de sésamo que le conferirán un sabor a cereal tostado muy bueno. Tapamos y dejamos descansar de nuevo hasta que doblen su volumen.
 
Precalentaremos nuestro horno, en este caso el eléctrico de la cocina, a 220º mientras el pan fermenta.  Pasado el tiempo haremos unos cortes a nuestro gusto al pan, humedeceremos con un rociador y lo introduciremos en el horno en el tercio inferior. Cuando hayan transcurrido 10 minutos bajaremos la temperatura a 200º y dejaremos horneando durante 25-30 minutos más hasta que veamos que la corteza coge un tono tostado (la harina de espelta ya le confiere un color dorado), momento en que lo sacaremos y lo golpearemos en la base, si suena hueco el pan estará terminado.

miércoles, 18 de enero de 2012

Pollo al curry


 
El vocablo “curry”, viene a significar salsa y es el nombre que adoptaron los colonos ingleses del “tamil”, idioma de una etnia del sur de la India y es una mezcla de especias mayormente picantes utilizada en muchos platos de las cocinas asiáticas.
La costumbre de utilizar el curry en Europa fue gracias a ingleses y holandeses a su  regreso de las colonias en el siglo XVIII.
Las mujeres indias se hacían cada día sus propias mezclas de especias según el tipo de comida machacando las hierbas o semillas en un mortero.
Además, tampoco podemos decir que entre lo que podemos encontrar aquí haya una receta original puesto que dependiendo del fabricante el curry es más acentuado en picante o en algún sabor especial.
Por otra parte parece ser que los preparados por las cocinas europeas se parecen muy poco a los auténticos platos con curry que se cocinan en India.
En lo que respecta a nuestra receta necesitamos:
  • 1 pollo
  • 1 buqué garní(ramita de romero, tomillo, hoja de laurel y perejil envuelto en una hoja de puerro verde)
  • Sal
  • 50 g de harina
  • 50 g de mantequilla                                                               
  • 2-3 cucharaditas de curry en polvo
  • Zumo de medio limón
  • ½ piña partida en trozos
  • 1 yogur natural
Salpimentaremos el pollo partido a cuartos, lo pasaremos por sartén con un poco de aceite para sellarlo, lo pasaremos a una cacerola y lo cubriremos con agua, el zumo de limón añadiendo el manojo de hierbas. Lo coceremos hasta que esté tierno.
En la misma sartén que hemos usado pondremos la mantequilla, una vez derretida añadiremos la harina, daremos unas vueltas e iremos introduciendo poco a poco el caldo de la cocción del pollo hasta hacer una velouté ligera (como una bechamel pero en lugar de leche se pone caldo).
Añadimos el yogur, el curry y los trozos de piña en la salsa, dejamos cocer el conjunto 5 minutos. Añadimos por último los cuartos de pollo y cocemos otros 10 minutos, apagamos el fuego. Dejamos reposar el conjunto tapado sobre 1 hora antes de servir. Se suele acompañar de un arroz blanco al dente. Buen provecho amigos!



COMENTARIO NUTRICIONAL

Con esta receta, conseguimos un plato nutritivo, sano y exquisito. La mezcla del arroz, cereal más consumido en el mundo y alimento básico de la Dieta Mediterránea, junto con el pollo, el curry y el resto de ingredientes, confieren un toque oriental que vale la pena probar. El pollo, como seguramente sabréis, es una carne clasificada como “blanca” debido a su baja cantidad en grasa si se consume sin piel, que aportará proteínas de alto valor biológico y vitaminas tan importantes como la B12, así como hierro (en menor cantidad que la carne “roja”).
Si se modera la cantidad de mantequilla, el plato puede ser apropiado para menús hipocalóricos.
En el caso que decidáis acompañarlo con arroz, resultará un alimento energético, gracias a su contenido mayoritario que es el almidón. A veces este cereal  puede provocar estreñimiento, en tal caso, es recomendable acompañar el plato de una buena ensalada rica en fibra, que ayudará a regular el tránsito intestinal.

domingo, 15 de enero de 2012

Tortilla de patatas


¿Es posible que haya alguien que todavía no haya probado la popular tortilla de patata?  Lo dudo, seguramente los lectores dirán, bueno, tampoco es para esto. Pues si, el mundo es muy grande y aunque estemos convencidos que la conocen tod@s es bastante probable que alguien de otra cultura gastronómica, de otros lugares desconozca lo que para nosotros es un clásico, pero no por eso un manjar bueno y barato.
Se dice, se comenta que allá por el año 1500 ya se conocía este plato por Centroamérica pero lo más probable es que se confundiera por el pan de maíz o tortitas. Sea como fuere hemos pensado que para que no quede nadie sin probar esta tortilla vamos a intentar que, aunque es fácil de preparar, quien no lo haya intentado nunca que lo haga ahora, porque no sabe lo que se pierde!
Ingredientes para 4 personas:
  • 1 kg de patatas
  • 5 huevos
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • 1 – 2 cebolletas tiernas
Pelaremos las patatas y las cortaremos en láminas finas para que se hagan pronto. Lavaremos bajo el chorro y en una sartén honda calentaremos un buen chorro de aceite y cuando esté bien caliente introduciremos las patatas y las cebolletas también cortadas finas. Freiremos a fuego medio removiendo de vez en cuando para que permanezcan lo más sueltas posibles.
Ponemos punto de sal y seguimos friendo hasta que estén tiernas, que las sacaremos y las escurriremos para quitarles todo el aceite. En un bol habremos batido los huevos, mezclaremos bien con las patatas y mientras calentaremos otra sartén(es importante que tenga el fondo antiadherente para cuajarla) con dos cucharadas de aceite. Cuando el aceite este humeando introduciremos la mezcla en la sartén a fuego vivo e iremos removiendo un poco del mango para que la tortilla se vaya cuajando sin pegarse. Bajaremos el fuego, taparemos y dejaremos 1 minuto. Pasado el tiempo, prepararemos un plato que cubra toda la sartén, lo colocaremos como de tapa y daremos la vuelta a la tortilla sujetando con fuerza y cuajaremos el otro lado primero a fuego vivo bajándolo después durante 1-2 minutos.
Con un tenedor la pincharemos un poco para que cuaje bien por dentro.
Sacaremos del fuego, la pondremos en un plato y la dejaremos reposar 5 minutos para que termine de cuajar.
Se puede servir en caliente o en frio.
Se puede acompañar con una ensalada de tomate maduro.



COMENTARIO NUTRICIONAL

La tortilla de patata es un plato fácil de hacer y bueno al paladar, apto para todos los públicos. Sin embargo, aquellas personas que están realizando dietas para perder peso, un poco limitadas en la cantidad de grasa, se encuentran con el dilema del frito (técnica culinaria no recomendada en estos casos). Existe una buena alternativa a ello. La única diferencia con todo el proceso anterior descrito, es que podemos cocer las patatas en el microondas o incluso hervirlas enteras. Una vez cocidas por cualquiera de las técnicas anteriores, y cortadas finas, se mezclan con los huevos batidos y se sigue con el mismo proceso.
Esta es una buena solución si se quiere evitar que la patata absorba tanta cantidad de aceite (siempre aceite de oliva).

viernes, 13 de enero de 2012

Gastronomía y alimentación: dos por uno

Hace tiempo, mucho tiempo, que comenzó a caminar el “arte” de la gastronomía. Me gustaría poder introducirme en la mente de los pioneros de las posadas de los caminos, donde los carros y los viajeros podían comer y beber y en algunos casos hasta pernoctar con alguna bella dama.
Seguramente fueron tiempos difíciles para la profesión ya que estos primeros hosteleros, restauradores, dueños de posadas, estaban expuestos a bandidos y asaltadores que se beneficiaban de todo lo que les venía en gana sin poder hacer nada por evitarlo.
En aquellos tiempos también habría posadas con mejores viandas que otras, precios  y calidades para todas las clases etc. El objetivo era dar de comer, llenar las tripas de los viajeros y proporcionarles descanso a ellos y también a sus monturas.
Ya entonces existía la gastronomía, es decir, preparar una buena comida. Sin embargo, en pleno siglo XXI este concepto está cambiando, a mejor. Los empresarios del sector hostelero no se conforman solo con proporcionar comida y cama al viajero; además, las personas no vamos únicamente cuando viajamos a los lugares de comidas, dígase restaurantes, bares, hoteles etc.
Ahora los motivos para que nos preparen una comida son muchos y de diferentes tipos: encuentros de trabajo, de fiestas, celebraciones, o simplemente por ofrecer descanso a quien diariamente se encarga de poner uno o varios platos elaborados en la mesa de cada casa, de cada familia sin recibir nada a cambio, quizás, en algunos casos, algún comentario desafortunado.
Incluso diría más, mucha gente va a comer a los bares porque no puede cocinarse, en la mayoría de los casos por falta de tiempo.
Como decía, el concepto de gastronomía es más amplio, no se contenta con dar una buena comida, bien elaborada, sabrosa, con la cantidad adecuada al precio. Ahora se pretende todo esto y además que alimente de una manera sana y equilibrada: esta es la nueva tendencia de la restauración: gastronomía+alimentación sana.
Los grandes maestros, profesionales del fogón: Arguiñano, ArzaK, Berasategui, Ferrán Adrià, Juan Costa, Subijana, Carme Ruscalleda, Roncero y todos los que me dejo que son muchísimos, todos ellos grandes chefs están adaptando sus cartas contratando expert@s en nutrición y dietética y redireccionando los menús ofertados a una alimentación sana y nutritiva, seleccionando los ingredientes, acertando las combinaciones para que resulte una dieta equilibrada y lo más natural posible.
Es todo un trabajo serio y responsable que agradecemos, es la restauración del presente y del futuro.
Por esto la pretensión de nuestro blog, sin grandes objetivos, con recetas sencillas, caseras en su mayoría, otras un poco elaboradas, no es ni más ni menos que  ofrecer información interesante para la salud; las personas que decidan seguir alguna de estas recetas, que no son nuestras ni mucho menos, sepan de qué se alimentan, qué les está proporcionando la comida que ingieren y se preparan con mimo.
Por fin, los profesionales de la salud se han percatado de que “somos lo que comemos” ( cita del famoso best seller “Eres lo que comes: la dieta que cambiará tu vida” de Gillian McKeith, reconocida nutricionista internacionalmente y considerada la mejor experta en nutrición del Reino Unido) y la insistencia y recomendaciones hacia la Dieta Mediterránea, basada en la ingesta de verduras y frutas, pocas grasas y alimentos poco elaborados, conlleva mejor salud cardiovascular traducido en mayor calidad de vida, menor gasto farmacéutico y personas mayores con ganas de vivir y de emprender nuevas ilusiones, lo que les aporta longevidad sana. Además, recientemente, en el año 2010, la UNESCO ha declarado la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al considerar que no solamente es una forma de alimentarse, sino que es “una forma de vida que se transmite de generación en generación, como una expresión, uso o conocimiento que se reinventa de forma constante por las comunidades y los grupos, en función de su entorno, que interactúa con la naturaleza y la historia, y que infunde un sentimiento de identidad u continuidad, lo que contribuye a promover el respeto por la diversidad cultural y la creatividad humana”, según explicó el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marina (MARM).
Cuesta muy poco, en muchos casos se trata de reeducar nuestro paladar, cambiar algunas costumbres culinarias sin esfuerzo, para disfrutar comiendo pero con una buena salud.





Calabacín gratinado


Los calabacines son el fruto de una planta rastrera de la familia de los melones y las sandias (cucurbitáceas) que en algunos casos puede alcanzar medidas desproporcionadas.
Se utilizan tanto en crudo para ensaladas y zumos como en rellenos de carnes y pescados o simplemente rehogados y posteriormente gratinados como en la receta de hoy.
Resulta muy agradable al paladar y al tener un sabor bastante neutro lo podemos combinar con multitud de platos. Además también se utilizan sus flores muy grandes y vistosas.
En su composición la mayor proporción le corresponde al agua por lo que al cocinarlo mermará  y debemos calcular por encima de su peso.
Para preparar esta receta necesitamos:
Flores y frutos
  • 3-4 calabacines medianos (cuantos más pequeños más tiernos)
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen                                                        
  • Sal y pimienta
  • Salsa bechamel
  • Queso rallado
Picamos la cebolla bien fina, salpimentamos y en sartén con 4 cucharadas de aceite la rehogamos junto con el ajo también picado fino hasta que esté transparente. Cortamos los calabacines en rodajas finas y los añadimos a la sartén, le daremos fuego vivo para que el calabacín suelte buena parte del agua removiendo continuamente.
En cinco minutos de salteado y no quede jugo en la sartén estará al dente, momento en el que lo pondremos en una fuente de horno, barro, pírex o metal, le pondremos por encima una capa de bechamel, otra de queso rallado (la clase de queso a gusto de cada uno) para gratinar y lo introduciremos en el horno precalentado a 200º, a media altura durante 15-20 minutos.
Pasado el tiempo, en cuanto despunte un tono doradito ya estará listo para servir.