Un denominador común en la cultura gastronómica de los países que rodeamos el Mediterráneo es sin duda la complejidad y la armonía de los ingredientes utilizados. Carnes y pescados, frutas y verduras, especias y/o hierbas aromáticas, aceites vegetales, mayormente de oliva, se conjugan sin grandes transformaciones dando lugar a sabores increíbles, únicos, que se han extendido por todo el globo debido a la gran aceptación en todas las culturas.
Antepasados griegos y romanos se
encargaron de hacernos llegar este legado: pan, vino y aceite, después desde el
centro y norte de Europa llegaron las carnes y posteriormente los árabes
aportaron el resto de ingredientes: alcachofas, azúcar de caña, arroz y
cereales etc.
Además de todo esto, la llegada
de los hombres de un hemisferio al otro, incorporó nuevos elementos como las
patatas, los tomates, pimientos y algunas especias.
Nuestra dieta tiene algo que
destaca sobre otras y es la capacidad de combinar desde el prisma nutricional
los ingredientes de una forma correcta para que resulte saludable. Las hierbas
y especias se encargan de dar los toques de sabor y olor con lo que ayudan y
mejoran la digestión y resultan más agradables al paladar.
Dentro de esta perfecta
estructura y como base donde fijar los cimientos se encuentra el pan y
derivados de los cereales. Su principal aporte son los hidratos de carbono,
energía que necesita el cuerpo para su funcionamiento diario, además de fibra,
minerales, vitaminas y proteínas.
Por su fácil digestión y su
escaso contenido en grasas, el pan y derivados, es ideal para cualquier tipo de dieta incluso para
personas con problemas de hipertensión e intolerancias existiendo para ello
harinas sin gluten, panes sin sal etc.
El lahmacun es la variante de la
pizza italiana y las cocas de la zona mediterránea que hacen en
Turquía donde lo combinan con ensalada y lo aderezan con unas gotas de limón.
Consiste en una base de masa de
pan, similar a la pizza, de formas varias, y un picadillo hecho con carne de
cordero, en su defecto se puede usar ternera aunque cambia su sabor original,tomate, perejil en abundancia,
cebolla, pimiento verde y como especias comino y pimentón, todo ello aderezado
con sal, pimienta y aceite de oliva.
Los turcos añaden una especia más, sumak,
que podemos sustituir por tomillo, albahaca u orégano.
La masa se extiende bastante para
que resulte muy fina, de modo que una vez horneada podamos ponerle encima unas
hojas de lechuga o rúcula, incluso perejil bien picado, y cerrarla o doblarla.
Al primer bocado de lahmacun
nuestra mente nos traslada en el espacio y tiempo a otro lugar distinto al
nuestro pero que, por otra parte, nos resulta familiar y cercano, esos sabores
son tan de casa……..
La masa se extiende con la mano o
rodillo hasta dejarla de 1 ó 2 milímetros y la cubrimos con el picadillo al que
podemos añadir unos piñones como punto final antes de llevarla al horno y dejarla durante 5/10 minutos en la base del mismo para que se haga bien la
masa, después la trasladamos a mitad o un poco más alta durante 5 minutos más.
Una vez horneado nuestro
lahmacun, acabar con el verde de rúcula o perejil, un chorrito de limón y un
chorrito de aceite de oliva……..espectacular, os lo recomendamos.
Pues no conocía esta "coca" y vamos, ya la voy a hacer, a mi hijo le encanta la pizza, se va a alegrar un montón, muchas gracias!
ResponderEliminarMaritxu.
Pues ya me contarás tu experiencia turca. Un abrazo!
EliminarMuy feliz 2018, un abrazo!
ResponderEliminarMaritxu.