Tras la cena celebración del primer año del blog, retomamos
nuestra rutina con las pilas cargadas.
El menú, ligero y sencillo de preparar
consistió en una ensalada de endivias con salmón ahumado y salsa tártara y unas
pizzas, de quesos, bolognesa y mediterránea.
De postre un timbal de frutas, y un brownie de chocolate con
nueces para endulzar el final.
Y entrando en materia, aprovechando que fuimos a Benicarló,
me pasé por su magnífico mercado central (y único) y compré una fresquísima
pescadilla recién subida de la lonja.
Hay que decir que el mercado de esta villa, a pesar de sus
reducidas dimensiones está espléndido. Los puestos, bien arreglados y mejor
atendidos la mayoría de ellos por l@s propietari@s, ponen a disposición todo
tipo de artículos de primera calidad y de la zona; desde carnes y pescados,
frutas, verduras, aromáticas, flores, encurtidos, legumbres cocidas, delicatessen, panes de todo
tipo etc.
Mercado de Benicarló. Entrada principal |
Conozco l@s propietari@s de los puestos donde suelo comprar y
siempre intercambiamos algunas risas, recetas y comentarios de todo tipo. Con
las pescateras siempre, siempre, comentamos la receta de lo que me llevo. Saben
que soy el “cocinitas”y les encanta, bueno, nos encanta compartir nuestros
conocimientos culinarios.
El puesto donde compro el pescado es de descendencia
de pescadores y conocen la materia que manejan. Precisamente ahora que estan
los langostinos bien de precio, me hablaron de una receta de arroz caldoso con
habas tiernas de temporada, ajetes y langostinos de lonja que en breve subiré
al blog tras la cata. Creo que será de las “de diez”.
Con Pepita, la dueña
del puesto, coincido en que las mejores preparaciones para el pescado son las
más simples: frito o a la plancha, al horno o en suquét-caldereta, con una
buena picada.
Y es cierto. Los pescados, hervidos y aliñados después con algo
sencillo como es ajo, pimentón, aceite, hierbas aromáticas, adobos, son recetas
tradicionales de los pescadores. En cuestión de pocos minutos tienen un menú en
la mesa, caliente, rico y sin complicaciones, que estas ya vienen solas teniendo que lidiar con olas como muros,
frio y trabajo sin descanso hasta su regreso a puerto.
Pero lo que realmente hace de estas preparaciones un manjar
es la materia prima. Pulpos, peces y mariscos recién extraídos del mar, con
todo el sabor, simplemente hervidos durante unos minutos con agua de mar y un chorro de un buen aceite resultan
deliciosos.
Por fin y tras alabar las excelencias gallegas, para preparar
esta pescadilla (2 raciones) necesitamos:
- 1 pescadilla (500 g)
- 2 patatas medianas
- ½ cebolla
- 1 ramillete de perejil fresco
- 1 hoja de puerro
- 1 cucharada de postre de pimentón dulce
- 1 cucharada sopera de tomate frito (opcional)
- 2-3 dientes de ajos
- Aceite de oliva virgen suave
- Sal
- Agua
La elaboración:
En cazuela ancha pon agua hasta la mitad, el perejil, la
media cebolla, la cabeza de la
pescadilla, sal y con esto preparamos el caldo corto donde coceremos el pescado
y la patata.
Mientras en sartén y con 4, 6 o más cucharadas de aceite confita los ajos, enteros
si son para retirar o en laminas.
Antes de que tomen color añade el tomate y mezcla bien con el
aceite, siempre con poco fuego. Por último añade el pimentón, rectifica de sal,
remueve y apaga. Reserva en la misma sartén.
En la cazuela del caldo añade las patatas cortadas en
rodajas, lascadas o como te apetezca y cuece durante 10 minutos. Después añade
el pescado en rodajas gruesas y a los 5 minutos apaga el fuego. Deja en el
caldo otros 5 minutos.
Para emplatar: escurre, coloca el pescado y alrededor las
patatas. Salsea con la ajada y adorna con una ramita de perejil.