De nuevo con
las manos en la masa. Es un gozo poder crear algo tan bonito como este pan de
pagés, rústico, con una blanca y sabrosa miga en su interior envuelta en una
corteza crujiente y dorada. Y...Porqué arbequina, más de un@ se preguntará?
Esta
variedad de oliva procede de Palestina, la trajo a nuestras tierras el duque de
Medinacelli allá por el siglo XVII y debe su nombre de “arbequina” al municipio
de Arbeca, situado en la comarca de “Les Garrigues”, en la provincia de Lérida, donde residia el
susodicho duque en su castillo.
El aceite
que resulta es extremadamente sabroso, muy mantecoso y con unas ligeras notas
verdes y picantes.
De nuevo
insisto en que no dudeis en poner vuestras manos en vuestra masa si de verdad
quereis experimentar una sensación diferente: la de crear algo vivo y
sorprendente a la par que delicioso y único.
Habíamos
quedado con unos amigos para cenar. Habitualmente solemos reunirnos con ellos y
hablar, rodeados de momentos agradables con alguna música, en esta ocasión “Autumn
jazz”, una recopilación de clásicos del jazz; vino, un tinto monastrell,
cosecha del 2010, de la zona de Alicante que mereció nuestra aprobación y unos
estupendos huevos fritos con ajos tiernos y patatas paja. ¿Qué más se puede
pedir?
Y como no,
el magnífico “pan rústico” para mojar en el huevo:delicatessen!
Y para
postre aún pudimos darle cuenta a unas brochetas de piña y a un roscón de reyes que preparé para el dia “D”,
relleno de mermelada de naranja amarga y uvas pasas maceradas al brandy, todo
ello mojado con unos chupitos de mistela de la zona.
No hace
falta decir que un sentimiento de felicidad fue invadiendonos poco a poco hasta
acabar la velada pensando en cómo sería la próxima vez.
Pero, vamos
a empezar con esta receta:
Para 1 pan:
- 700 g de harina de fuerza
- 400 g de agua templada
- 200 masa madre
- 20 g de aove 100% arbequina
- 14 g de sal
- 12 g de levadura prensada
- Algo más de harina para trabajar.
Con las
manos en la masa:
Pesar y
preparar todos los ingredientes. En el bol de amasar hacer un volcan con la
harina, en el centro desleir la masa madre con la mitad del agua templada.
Añadir la sal y el aceite, mezclar. Incorporar el resto del agua templada y
amasar durante 10 minutos hasta que la masa presente una consistencia firme y
elástica. Desleir la levadura en un poco de agua (1-2 cucharadas) y añadir.
Amasar 5 minutos más hasta que se incorpore a la masa y vuelva a quedar fina.
Hacer una bola y tapar con un paño húmedo. Dejar reposar durante ½ hora aprox.
Pasado el tiempo, cortar con un cortapastas o un cuchillo afilado 750 g de la
masa, formar de nuevo una bola, dandole a la masa tensión y dejar que aumente
el doble tapada con un paño húmedo. El resto dejar fermentar a parte y guardar
para otra preparación en el frigo dentro de un taper.
Cuando haya
aumentado, hacer un corte en forma de cruz con una navaja o cúter en el centro
de la masa, rociar las paredes del horno con agua para dar vapor e introducir
sobre la placa caliente del horno precalentado a 220º. Hornear durante 10
minutos y bajar la temperatura a 190-200º durante 30 minutos.
Pasado el
tiempo, golpear con los nudillos la base del pan, si suena a hueco el pan está
cocido. Dejar algo más en el horno hasta que la corteza presente un aspecto crujiente
y dorado.
Sacar y
dejar enfriar sobre rejilla. Una vez frio, disfrutar de una rebanada mojada con
nuestro aceite de arbequina para apreciar los sabores!
Hola, qué aspecto por Dios!
ResponderEliminarTienes razón, hay que animarse a hacer pan, yo estoy un poco vaga, este año ni he hecho roscón.
Me ha encantado este post, la receta y las historias que cuentas, buenísima esa cena, me alegro de que tengas tiempo para hacer pan y que disfrutes tanto con buena música y amigos, genial!
Maritxu.
No hay que perder el norte, amiga mia, aunque algunos lo pretendan con sus imposiciones!Un saludo!
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