Madalenas, magdalenas, qué
son exactamente?, de donde han salido? Quien las ha inventado? Acaso
fue María Magdalena, la llorona de la cruz? O, alguien con mucha
imaginación que decidió complicarse la vida y en lugar de un
bizcocho decidió hacer porciones individuales?
Su elaboración: harina, azúcar, huevos, aceite o mantequilla, impulsor y
ralladura de limón. Hace unos años se les daba forma de concha pero
en nuestro país hoy en día se presentan en moldes de papel rizado.
Gracias al impulsor y al
calor del horno, crecen ayudadas por las burbujas de su interior y a
la esponjosidad de la masa si está bien hecha, formando su clásico
“copete”. En el mercado podemos encontrar los muffins y cupcakes
que, aún elaborándose con los mismos ingredientes no tienen mucho
que ver con las magdalenas.
Hay múltiples versiones
del origen de este estupendo “invonte” pero vamos a dejarlo para
el final y quien decida preparar unas cuantas aquí va una
receta que, aunque no saben como las de mi abuela ( ya nada es como
antes ), se parecen bastante en sabor y consistencia.
Las madalenas o magdalenas
son como “bollitos”; se elaboran con una masa que tiene cosas en
común con los bizcochos. Están muy buenas mojadas en un café con
leche, con un chocolate caliente a la taza, simplemente con un buen
chocolate de pastilla o solas. Hay quien les unta mantequilla,
también están ricas.
Con esta medida salen
entre doce y quince madalenas de unos 5 cm de base del molde, de
papel arrugado, los clásicos. Si gustan con menos
consistencia y más esponjosas, se puede aumentar la dosis de algún
elemento liquido ( huevo o aceite ) respetando siempre la proporción con el resto de la
receta.
Ingredientes:
240 g harina de repostería
(floja)
125 g de azúcar
115 g leche entera o semi
125 g aceite de oliva
suave
8 g impulsor (yo 2
gaseosas de papel. Vale levadura tipo “Royal”)
2 huevos tamaño L
Ralladura de la piel de
dos limones (sin el blanco)
Con las manos en la
masa:
Medir, pesar y preparar
todos los ingredientes. Pre-calentar el horno a 200º/220º. Sacar los
huevos con tiempo del frigo para que atemperen. Batir los huevos
con el azúcar a punto de nieve. Añadir la leche, el aceite y la
piel de los limones. Mezclar, sin batir, con la harina cernida con el impulsor y movimientos envolventes para no desgasar la masa.
Algunas recetas recomiendan introducir la masa 30 minutos en el frigo
antes de llenar los moldes, nosotros no las hemos refrescado y han
subido muy bien.
Rellenar los moldes hasta
la mitad o un poco mas con manga pastelera o cuchara.
Espolvorear algo de azúcar encima de cada unidad. Hornear a media
altura o en el tercio inferior durante 15 – 18 minutos hasta que
presenten un color dorado. Retirar del horno y dejar enfriar sobre
una rejilla.
Teorías acerca del
origen de las magdalenas
He leído en alguna parte
que del chorreo de lloros de María Magdalena ( de Magdala ) les viene el nombre de
magdalenas al compararlas cuando chorrean empapadas de leche con el
llanto desmesurado de ésta al pié de la cruz. Personalmente esta
teoría la califico de “sinsorgada”, como dirían en Bilbao.
En otra parte dicen que su
nombre ha derivado de la palabra de origen griego “magdalia” que
significa masa de pasta. Nada puedo decir salvo que a pesar de mis
estudios de “letras” y la corta búsqueda del término no he
conseguido despejar las dudas.
También le atribuyen su
origen a nuestros amigos los franceses con una rocambolesca historia
muy similar a las otras que ya corren por este blog bautizadas como
“historias curiosas” y que detallo a continuación para gusto de
curios@s.
Según cuenta la leyenda, en 1755
Estanislao I Leszczynski (¡vaya nombrecito!), suegro de Luis XV de
Francia y ex-rey electo de Polonia, duque de Lorena, ofreció una
cena de gala en su castillo de Commercy. Pero durante el banquete, un
sirviente le susurra en la oreja que un incidente en cocinas, parece
ser que una disputa entre dos cocineros, acaba en enfado de uno de
ellos llevándose consigo los postres que para la ocasión había
preparado.
Para salir del paso, una
joven sirvienta llamada Madeleine propone hacer una receta de un
bizcocho que le había enseñado su abuela y, no habiendo nada mejor,
se opta por esta solución.
El triunfo del postre fue
tal que los invitados felicitaron al anfitrión por la exquisitez del
bizcocho y solicitaron la presencia de Madeleine ante la nobleza para
conocer a la artífice de aquel rico descubrimiento.
Estanislao decidió
bautizar el postre con el nombre de la joven y así la comarca de Commercy adquirió
popularidad y renombre. Este fué pues el nacimiento de la “Magdalena
de Commercy”( la receta original en otro post ).
En España tenemos nuestra
propia versión del origen de la magdalena. Se dice que la joven (no
sé porqué siempre es una joven la encargada de pasar a la historia)
de nombre Magdalena, servía unos bizcochos en forma de concha a los
peregrinos del camino de Santiago. Y estos propagaron la receta a
través de sus peregrinajes por toda la península.
Por otra parte y dejando a
un lado los orígenes, hay quien las denomina “muffins” pero,
aunque los elementos con que se elaborar son los mismos, harina de
trigo, azúcar, huevos, mantequilla, leche y levadura, a diferencia
de las madalenas, estos son de forma más achatada, sin copete, no
son tan dulces, en ocasiones salados, y en cuanto a su elaboración
se baten lo menos posible para que la consistencia sea más pesada y
densa.
El origen de los muffins
lo focalizan en Inglaterra aunque las “malas lenguas” vecinas
argumentan que sigue siendo francés solo que con pequeñas
variaciones propias del paso de una mano a otra de la receta
original.
Tampoco tienen mucho que
ver los muffins a secas con los muffins ingleses con forma de seta.
Estos son como un “pan rápido”a base de un impulsor (no
levadura)y bicarbonato sódico a los que se les resta cantidad de
huevos para adicionar algún lácteo como nata o yogur. En su
elaboración se preparan dos mezclas: por una parte los elementos
secos , harina, azucar, impulsor y si lleva algún fruto seco y por
otra los húmedos, leche, mantequilla, huevos...., después se unen
ambas mezclas y se rellenan los moldes.
Por otra parte están los
“cupcakes”, que tampoco son magdalenas sino que están
emparentados con los pasteles (“pastel de taza”). Su origen es
EEUU a finales del siglo XIX, y dicen que una tal Amelia Slimms
bautizó con este término a unos pastelitos tipo tartaleta. Son
realmente pastelitos individuales que se hornean en moldes similares
a las madalenas y se terminan rellenos y/o recubiertos con
ingredientes propios de los pasteles como crema pastelera, frutas,
mermeladas etc.
Reservamos la receta de
muffins y cupcakes para otros post.
Qué buenas, qué buenas y qué buenaaaaa !!!
ResponderEliminarImagino que a estas alturas ya tendras hechos varios master's de madalenas pero siempre puedes encontrar alguna idea. Gracias por dedicar un poco de tu tiempo. Un abrazo!
Eliminargràcies toni.. que buenas son las Madalenas tradicionales las mejores te han quedado muy bien.
ResponderEliminarGuardo la receta y las probaré.
Fotos muy bonitas:))
Cuinacinc.- Gracias, espero que te gusten. Salut!
EliminarMadre, cuánta historia..!
ResponderEliminarMe ha gustado la de Commercy, tienen muy buena pinta. La del Camino de Santiago tiene su lógica, podría ser. Muy curioso e interesante.
Pues mira, las voy a hacer mañana o pasado porque hago casi siempre con tres huevos y yogur, hace tiempo las hacía parecidas con la misma cantidad de leche y aceite pero no recuerdo la cantidad exacta, ya te contaré, besines!
Maritxu.
Maritxu.- Tengo la receta original de las magdalenas de Commercy, las voy a hacer y si son como me han contado la publicaré. Las de yogur quedan muy buenas, las he probado y salen bien. Un abrazo!
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