martes, 8 de diciembre de 2015

Masa de pan con alta hidratación


La hidratación de una masa de pan es el agua que necesita una determinada cantidad de harina para que se dé  el proceso de la fermentación, gracias al desarrollo de colonias de levaduras en una siembra favorable en cuanto a temperaturas y condiciones necesarias.

Y esta cantidad de agua hace que el resultado final sea distinto en unos y otros casos según la clase de pan que se pretende elaborar. Ejemplos de masas con altas hidrataciones son las “ciabattas” o chapatas italianas, las barras gallegas o los panes de agua etc.

El empleo de una alta hidratación quiere decir que se amasa con una cantidad de agua tan grande que sitúa al gluten al límite de capacidad de absorción de agua y por tanto corre  riesgo  la propia formación de cadenas o malla elástica que es la que tiene que sujetar e impedir que los gases formados en el interior de la masa, producto de la fermentación, se escapen al exterior dando como resultado un pan defectuoso, pesado y de textura gomosa.




Este límite se puede definir como el equilibrio entre un gluten fuerte, capaz de sostener el conjunto de almidón de la masa y agua sin hundirse, al igual que una arcilla se sostiene por sí mientras el agua busca su acomodo.

El gluten es el armazón que sostiene en pié a la masa, que, llena de alveolos de gas se levanta formando la textura de un buen pan.  Por eso si lo que queremos es elaborar  una masa de pan con elevada proporción de agua tendremos que emplear un tipo de harina  con una proporción alta de proteínas, la que se conoce como harina de fuerza o alta fuerza, de 300W o más pues estas harinas son las que nos darán una buena cantidad de gluten y como consecuencia tenacidad a la par que elasticidad a nuestra masa.

Las masas con elevada hidratación necesitan de mucha fuerza mecánica para lograr el formado de unas buenas cadenas de gluten, esto se consigue con el uso de maquinas o amasadoras, de gancho, de espiral o de brazos, pero si amasamos a mano,  como hacemos los panarras caseros, podemos conseguir un buen formado del gluten utilizando otros métodos  que nos facilitan y acortan el trabajo manual.


Por ejemplo, un sistema que se utiliza para tener que trabajar menos la masa es utilizar la autolisis, esto es, mezclar la harina y parte del agua de la fórmula o receta del pan que vamos a elaborar sin trabajarla,  dejarla tapada por un mínimo de ½ hora y un máximo de 1 hora; con esto conseguimos que las proteínas, es decir los azúcares que son el alimento de las levaduras estén preparados para que en cuanto introducimos las siembras tengan medio camino recorrido.

Con esta operación se acorta el tiempo de amasado consiguiendo una buena malla de gluten para nuestra masa  de pan de alta hidratación.
Una vez tenemos la masa formada, es decir, la harina, agua, levadura, sal y demás aditivos de la fórmula, procedemos al amasado siendo más corto cuando hemos hecho el proceso de autolisis y consiguiendo un resultado similar al conseguido con un trabajo mecánico de la masa durante un tiempo prolongado, de ½ hora o más.

Una vez hemos trabajado la masa altamente hidratada durante 10 ó 15 minutos, la introducimos en un recipiente bien aceitado y le damos unos cuantos plegados, por ejemplo dos o tres espaciados entre 30 y/o 40 minutos a modo de sobre, con esto conseguimos darle cuerpo a la masa y aportarle fuerza para ayudarla a subir y que después del tiempo de fermentado tenga una buena consistencia, bien para hacer una barra o una hogaza, una baguette o también una base  una pizza.


No obstante hay que tener en cuenta que las masas muy hidratadas, aún cumpliendo todas las premisas y tomando las precauciones están expuestas al hundimiento por la presión de su propio peso. Son masas muy alveoladas, con una consistencia ligera, por lo que no son las mejores para elaborar una hogaza de gran tamaño o un batard;  serán ideales para elaborar una coca de panadero, coca de sal, una focaccia o un pan de cristal, con un grosor no superior a 1 cm. También para elaborar buenas bases para pizza.

Por otra parte, es siempre deseable el hacer un pan con una buena alveolatura, con una miga amarillenta y una presencia a  pan rústico o a la baguette francesa pero estos panes no se consiguen solamente con más hidratación,  que también,  sino con la adición a la masa de un buen” levain” o prefermento con una buena maduración, a un buen trabajo de la masa, un reposo y una buena cocción a alta temperatura.

A modo de resumen, para elaborar masas de alta hidratación, por ejemplo de un 80% e incluso del 90% hemos de buscar una harina que tenga una elevada tasa de proteína y a su vez que sea suficientemente elástica, si no disponemos de amasadora, utilizar la técnica de la autolisis, en el amasado comenzar con la adición del 60% del agua total para hacer la bola y a partir de aquí añadir el resto del agua poco a poco mientras se trabaja la masa y se va formando el gluten aunque todavía  tenga poca elasticidad.

Hemos de tener mucho cuidado para no excedernos con la cantidad de agua por lo descrito anteriormente pero a su vez tampoco hemos de quedarnos cortos pues al utilizar una harina de fuerza la tenacidad de la misma nos dará un pan con poco desarrollo y de textura correosa que si le sumamos un amasado corto agrava el problema.

Como punto final, para los que visitan este blog por su interés por las masas y los panes, decir que estas masas no son imposibles, resultan algo más difíciles de trabajar y manejar pero  son panes de un sabor excelente, con migas muy alveoladas, aptas como  bases para pizzas, panes de cristal, de textura liviana y de corteza crujiente, cocas de panadero, chapatas etc,

  • Harina de fuerza. . . . . . . . . . 1000 gr 
  • Agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . .   720 gr
  • Yogur natural desn. . . . . . . .   125 gr
  • Aceite oliva. . . . . . . . . . . . . .    40 gr
  • Sal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  20 gr
  • Azucar. . . . . . . . . . . . . . . . . .    10 gr
  • Levadura prensada. . . . . . .       12 gr 


Mezclar la harina y el azúcar con el 70% del agua templada dejar reposar 30 minutos tapado con un paño húmedo. Pasado el tiempo añadir la sal, incorporar el resto del agua con la levadura diluida y empezar a amasar. A los 5 minutos añadir el aceite y amasar hasta incorporar a la masa. Añadir el yogur y amasar otros 5 minutos o hasta que quede incorporado y la masa esté fina y homogénea.
Aceitar bien un taper con aceite de semillas (4 ó 5 cucharadas o más) e introducir la masa, dando un plegado a modo de sobre con las manos mojadas con agua para que no se nos pegue, tapar y dejar reposar.

A los 30 minutos dar otro plegado y dejar tapado. Al cabo de 30 minutos más dar otro plegado y  si hay que usar la masa extender para pizza o formar sobre placa aceitada o cubierta con papel de horno o tapar y meter en el frigo hasta que haya que utilizarla.













lunes, 7 de diciembre de 2015

Potaje de garbanzos, proteína saludable


Quién no conoce el potaje de garbanzos?

Es una elaboración tradicional que ha quitado el hambre en épocas de escasez al tiempo que alimenta y nutre.

Básicamente, el potaje es un plato de legumbres, garbanzos, lentejas, alubias, cocidas con verduras en abundante agua. A partir de aquí existen innumerables variantes: potaje de garbanzos con acelgas, con costilla, con bacalao, con chorizo etc.

El plato se enriquece en sabor si se le añade un sofrito con ajo, cebolla, pimientos verde y/o rojo y tomate, también gana cuando se añade algún tipo de especia como un clavito de olor, cominos, pimentón dulce o picante, pimientas varias, laurel……

Se puede utilizar un caldo de pollo o de carne lo cual le aporta más sabor, aunque si se hace con bacalao y verduras igual tendremos un gran plato para cuando no se puede comer carne, es el llamado potaje de vigilia.

En esta ocasión, hemos utilizado costilla de cerdo, un trozo de jamón,  caldo de pollo y un refrito a base de cebolla, ajo, tomate y pimentón dulce, un puñado de almendras,  un poco de pan que hemos frito en el aceite de la costilla, garbanzos que teníamos a remojo desde la víspera,  acelgas y zanahoria. Al final hemos añadido dos huevos cocidos partidos por la mitad;  un plato contundente, apto para cortar leña, próxima  la llegada del invierno.



Para ahorrar en tiempo lo hemos hecho en olla rápida: en cuatro cucharadas de aceite sofreir la costilla de cerdo, freir el pan y reservar,  añadir el ajo y la cebolla cortado en brunoise y rehogar unos minutos, seguir con la zanahoria, bien cortada en cuadritos o en rodajas,  añadir el tomate trinchado y continuar el sofrito. Introducir el jamón.



Añadir  el caldo. Cuando esté a punto de ebullición incorporar los garbanzos, cerrar la olla y cocer durante 40-50 minutos a fuego bajo.

En mortero majar las almendras con un poco de pimienta, 1 ajo, perejil,  pimentón, el pan frito y reservar.

Pasado el tiempo abrir la olla, comprobar si los garbanzos están cocidos y, añadir las acelgas cortadas, rectificar de sal y sacar un poco de caldo, diluir el majado en él y añadirlo a la olla, hervir 5 minutos y apagar el fuego.



Fuera del fuego, introducir los huevos cocidos en cuartos o mitades, dejar reposar el guiso. Se puede guardar en el frigo dos o tres días o congelar.