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domingo, 29 de noviembre de 2015

Lamardecuina cumple 4 años, felicidades!



El dia 28 de noviembre del año 2011, empezamos con esta agradable aventura del blog. Después de cuatro años de recetas y anécdotas, de subidones y caidas, seguimos con ganas de más gracias a vuestras visitas y vuestros comentarios.

Esperamos poder mantenernos firmes, aportando ideas, ayudando a quien necesita echar mano de recetas, sin publicidad agresiva y con la consabida investigación de fórmulas y recetas antiguas, rebuscadas de tratados, del boca a boca, de consultas a personas mayores con mucha sabiduría y de libros curiosos.

Gracias a tod@s!



lunes, 14 de septiembre de 2015

Aromáticas, sabores cercanos





La intención era dar un paseo, una pequeña caminata, respirar aire fresco y húmedo tras un verano tórrido. Llevamos unos días con lluvias tranquilas, xirimiri,  como llaman en el norte. Son las buenas, las que bajan hasta las raíces, las que no arrastran los nutrientes, las que refrescan el bosque. En esta tierra las lluvias suelen hacer mucho mal, después de los veranos calurosos, el mar se calienta peligrosamente dando lugar a las temidas gotas frias, lluvias torrenciales que caen en muy poco tiempo y arrastran y destrozan todo cuánto encuentran a su paso.

Hemos salido de buena mañana para hacer una senda por Irta, nuestra sierra, nuestro monte, nuestro pulmón. Anna me ha acompañado durante dos horas de andadura entre pinos, romeros en flor, tomillos, ajedreas, y muchas hierbas de aquí.

La parada en una cueva, escondite de maquis y republicanos en la contienda del 36, y, guarida de pastores desde siempre, ha sido nuestro descanso tras una subida de 300 m. en 30 minutos. Y, nos ha llamado la atención la cantidad de plantas en flor, en particular los romeros, que suelen florecer antes del verano. Ha sido un verano distinto, con lluvias en julio, y algunas en agosto, tras una primavera seca. Los arbustos, siempre agostados después del verano, presentaban tonalidades verdes claras en los extremos, brotes nuevos nacidos con las humedades a destiempo.




Y, paseando entre tantos aromas cercanos, aromas que recuerdan nuestra tierra, no hemos podido resistir la tentación de trasladar esas sensaciones  al menú de hoy: judías verdes salteadas con jamón al aroma fresco de ajedrea y, como segundo, filetes de ternera de Lérida adobados con una mezcla de las hierbas que hemos recogido de la sierra, romero, tomillo, ajedrea o, saboritja que la llamamos aquí, planta utilizada para preparar “les olives trencaes”, olivas verdes, partidas- chafadas con maza o piedra, como lo hacían los antepasados, y puestas con una solución de agua de mar y la susodicha planta, o, agua dulce con un 10/15 % de sal añadida.

Esta planta, la ajedrea, es muy aperitiva, se utiliza en todo el litoral mediterráneo, desde Murcia hasta Cataluña, sobre todo para preparar las olivas partidas.
Para la preparación de estas olivas,  se ponen durante nueve días en agua de mar que se cambia cada día, después se prepara una solución de agua con sal y ajedrea, un buen manojo, en una proporción del 10% de sal, o agua de mar rebajada, y se embotan las olivas para su conservación hasta su consumo, a partir del segundo mes.

El romero, “rosmarinus officinalis”, es un arbusto que florece durante casi todo el año, y, para hacer honor a esta frase dice el adagio catalán:” De flors de romanì i noies per casar, tot l’any n’hi ha”; se cría en laderas bajas de terrenos calcáreos acompañando a la encina y al pino mediterráneo.
De entre las numerosas virtudes que se le atribuyen destaca como estimulante, antiespasmódico y ligeramente diurético, los herbolarios levantinos lo recomiendan para rebajar la sangre.
En el exterior, es decir, en baños, se usa para combatir dolores articulares y tonificar el cuerpo. En la cocina tiene muchos usos,  para asados o rustidos de carnes y pescados, en marinados y adobos, para elaborar masas panarias, galletas, bizcochos etc.
El nombre oficial del latín, “ros”, viene de rocio, y marinus, marino, ya que es una planta mediterránea que no suele alejarse de las costas.

La ajedrea, “saboritja”,  como se la conoce desde Cataluña hasta Murcia, “Satureja montana”, su nombre oficial es una matilla de dos palmos de altura, algo tiesa y un tanto áspera al tacto.
Es leñosa en la base y verde y tierna en los tallos altos, de flores blancas o rosadas que nacen en las axilas de las hojas superiores para formar ramilletes terminales con las flores echadas todas a un lado. Florece en verano y otoño, a partir del mes de Julio.
Se cría en laderas secas y pedregosas, en rocallas abiertas al sol, en toda la zona de levante. Sus virtudes: estimulante, tónica, aperitiva; en forma de tisana, echando media cucharadita de hojas desmenuzadas en una taza de agua hirviendo después de las comidas ayuda a la digestión.
Las olivas aliñadas con ajedrea son muy aperitivas, y si servimos esas mismas olivas con un buen vermú  aumentan la felicidad.

Y del tomillo que vamos a decir que no lo sepáis ya, además, hay en el blog un post expresamente de esta mágica planta que tiene un sinfín de utilidades.
Pero retomando el tema que nos ocupa, nuestras aromáticas nos han deleitado el paladar en nuestro menú de hoy.

Las judías verdes, salteadas con jamón y con unos tallos verdes de ajedrea añadidos en el refrito, han realzado el sabor del plato con unas notas frescas y verdes, un sabor particular de esta verdura extraordinaria que podemos encontrar en nuestros mercados durante todo el año, ; y el adobo de los filetes con un aceite de oliva virgen preparado con las tres aromáticas unas horas antes, han hecho de la carne algo memorable, altamente de recomendación. Quizás se hubiera impregnado más  adobando 24 horas antes, pero aún así las notas de las plantas se dejaban paladear y unos sencillos filetes a la parrilla se han convertido en una fiesta para nuestro sentido del gusto. Guardamos para otro post la preparación de estos platos.

Estas tres aromáticas nunca deberían de faltar en nuestras cocinas pues nos permiten enriquecer nuestros platos con el aporte de distintos sabores, pudiendo a su vez disminuir la cantidad de sal.
Y si a estas tres plantas les añadimos un poco de laurel tendremos unas hierbas de Provenza caseras para preparar un buen pollo rustido o a la plancha y para marinar pescados y verduras.




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lunes, 15 de diciembre de 2014

Madalenas tradicionales



Madalenas, magdalenas, qué son exactamente?, de donde han salido? Quien las ha inventado? Acaso fue María Magdalena, la llorona de la cruz? O, alguien con mucha imaginación que decidió complicarse la vida y en lugar de un bizcocho decidió hacer porciones individuales?
Su elaboración: harina, azúcar, huevos, aceite o mantequilla, impulsor y ralladura de limón. Hace unos años se les daba forma de concha pero en nuestro país hoy en día se presentan en moldes de papel rizado.


Gracias al impulsor y al calor del horno, crecen ayudadas por las burbujas de su interior y a la esponjosidad de la masa si está bien hecha, formando su clásico “copete”. En el mercado podemos encontrar los muffins y cupcakes que, aún elaborándose con los mismos ingredientes no tienen mucho que ver con las magdalenas.
Hay múltiples versiones del origen de este estupendo “invonte” pero vamos a dejarlo para el final y quien decida preparar unas cuantas aquí va una receta que, aunque no saben como las de mi abuela ( ya nada es como antes ), se parecen bastante en sabor y consistencia.


Las madalenas o magdalenas son como “bollitos”; se elaboran con una masa que tiene cosas en común con los bizcochos. Están muy buenas mojadas en un café con leche, con un chocolate caliente a la taza, simplemente con un buen chocolate de pastilla o solas. Hay quien les unta mantequilla, también están ricas.
Con esta medida salen entre doce y quince madalenas de unos 5 cm de base del molde, de papel arrugado, los clásicos. Si gustan con menos consistencia y más esponjosas, se puede aumentar la dosis de algún elemento liquido ( huevo o aceite ) respetando siempre la proporción con el resto de la receta.

Ingredientes:

240 g harina de repostería (floja)
125 g de azúcar
115 g leche entera o semi
125 g aceite de oliva suave
8 g impulsor (yo 2 gaseosas de papel. Vale levadura tipo “Royal”)
2 huevos tamaño L
Ralladura de la piel de dos limones (sin el blanco)

Con las manos en la masa:

Medir, pesar y preparar todos los ingredientes. Pre-calentar el horno a 200º/220º. Sacar los huevos con tiempo del frigo para que  atemperen. Batir los huevos con el azúcar a punto de nieve. Añadir la leche, el aceite y la piel de los limones. Mezclar, sin batir, con la harina cernida con el impulsor y movimientos envolventes para no desgasar la masa. Algunas recetas recomiendan introducir la masa 30 minutos en el frigo antes de llenar los moldes, nosotros no las hemos refrescado y han subido muy bien.
Rellenar los moldes hasta la mitad o un poco mas con manga pastelera o cuchara. Espolvorear algo de azúcar encima de cada unidad. Hornear a media altura o en el tercio inferior durante 15 – 18 minutos hasta que presenten un color dorado. Retirar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.



Teorías acerca del origen de las magdalenas


He leído en alguna parte que del chorreo de lloros de María Magdalena ( de Magdala ) les viene el nombre de magdalenas al compararlas cuando chorrean empapadas de leche con el llanto desmesurado de ésta al pié de la cruz. Personalmente esta teoría la califico de “sinsorgada”, como dirían en Bilbao.

En otra parte dicen que su nombre ha derivado de la palabra de origen griego “magdalia” que significa masa de pasta. Nada puedo decir salvo que a pesar de mis estudios de “letras” y la corta búsqueda del término no he conseguido despejar las dudas.

También le atribuyen su origen a nuestros amigos los franceses con una rocambolesca historia muy similar a las otras que ya corren por este blog bautizadas como “historias curiosas” y que detallo a continuación para gusto de curios@s.
Según cuenta la leyenda, en 1755 Estanislao I Leszczynski (¡vaya nombrecito!), suegro de Luis XV de Francia y ex-rey electo de Polonia, duque de Lorena, ofreció una cena de gala en su castillo de Commercy. Pero durante el banquete, un sirviente le susurra en la oreja que un incidente en cocinas, parece ser que una disputa entre dos cocineros, acaba en enfado de uno de ellos llevándose consigo los postres que para la ocasión había preparado.

Para salir del paso, una joven sirvienta llamada Madeleine propone hacer una receta de un bizcocho que le había enseñado su abuela y, no habiendo nada mejor, se opta por esta solución.
El triunfo del postre fue tal que los invitados felicitaron al anfitrión por la exquisitez del bizcocho y solicitaron la presencia de Madeleine ante la nobleza para conocer a la artífice de aquel rico descubrimiento.
Estanislao decidió bautizar el postre con el nombre de la joven y así la comarca de Commercy adquirió popularidad y renombre. Este fué pues el nacimiento de la “Magdalena de Commercy”( la receta original en otro post ).


En España tenemos nuestra propia versión del origen de la magdalena. Se dice que la joven (no sé porqué siempre es una joven la encargada de pasar a la historia) de nombre Magdalena, servía unos bizcochos en forma de concha a los peregrinos del camino de Santiago. Y estos propagaron la receta a través de sus peregrinajes por toda la península.

Por otra parte y dejando a un lado los orígenes, hay quien las denomina “muffins” pero, aunque los elementos con que se elaborar son los mismos, harina de trigo, azúcar, huevos, mantequilla, leche y levadura, a diferencia de las madalenas, estos son de forma más achatada, sin copete, no son tan dulces, en ocasiones salados, y en cuanto a su elaboración se baten lo menos posible para que la consistencia sea más pesada y densa.

El origen de los muffins lo focalizan en Inglaterra aunque las “malas lenguas” vecinas argumentan que sigue siendo francés solo que con pequeñas variaciones propias del paso de una mano a otra de la receta original.


Tampoco tienen mucho que ver los muffins a secas con los muffins ingleses con forma de seta. Estos son como un “pan rápido”a base de un impulsor (no levadura)y bicarbonato sódico a los que se les resta cantidad de huevos para adicionar algún lácteo como nata o yogur. En su elaboración se preparan dos mezclas: por una parte los elementos secos , harina, azucar, impulsor y si lleva algún fruto seco y por otra los húmedos, leche, mantequilla, huevos...., después se unen ambas mezclas y se rellenan los moldes.

Por otra parte están los “cupcakes”, que tampoco son magdalenas sino que están emparentados con los pasteles (“pastel de taza”). Su origen es EEUU a finales del siglo XIX, y dicen que una tal Amelia Slimms bautizó con este término a unos pastelitos tipo tartaleta. Son realmente pastelitos individuales que se hornean en moldes similares a las madalenas y se terminan rellenos y/o recubiertos con ingredientes propios de los pasteles como crema pastelera, frutas, mermeladas etc.

Reservamos la receta de muffins y cupcakes para otros post.













sábado, 29 de noviembre de 2014

¡Lamardecuina cumple otro año!










El dia 28 de noviembre de 2011 en lamardecuina se publicaba el primer post, un pequeño "tratado-guia" de cómo hacer pan en casa. Con esta idea comenzaba un nuevo camino, lleno de ilusión y de incertidumbres al tener una serie de dudas pendientes de resolver acerca del contenido del blog.


Poco a poco ha ido pasando el tiempo y las dudas se han ido esfumando hasta llegar a un punto de no retorno. Hay que continuar con ello a pesar de todo, no se puede dejar algo tan bonito como la posibilidad de escribir y que estas líneas viajen alrededor del mundo, mezclándose entre culturas, entrando en las casas, casi sin permiso.

 Aquella vana idea de poner a disposición de tres "personitas", los hijos, mis pocos conocimientos para que les sirvieran en aquél momento delicado, cuando marchan del nido para comenzar a labrarse el futuro, ha pasado a ser, además de la idea original, una forma de traspasar fronteras, surcar mares, y que de ello se sirvan quienes lo necesiten o los curios@s que deciden probar recetas que ya conocen o nuevas.

Es un placer seguir aquí, es un honor tener visitas del mundo, como lo muestran las estadísticas, personas de America, China, Urss, etc, no es necesario nombrar todos los paises ya que no hay lugar donde no lleguemos con las nuevas tecnologías. 

Y por supuesto las de aquí, las de casa. Esperamos mantener este pequeño recetario y seguir creciendo, deseamos que cada vez nos visite más gente y que nos ayuden a aprender con sus comentarios, sus ideas y sus críticas, por supuesto.



A todos los que hasta aquí se acercan, de paso hacia otro sitio, quizás por equivocación,  visitas breves,-"Vinieras y te fueras dulcemente, de otro camino a otro camino, verte y ya otra vez no verte,pasar
por un puente, el pié breve, la luz vencida alegre"-, a tod@s desde lamardecuina:

                                                                  ¡ g r a c i a s!


                                                                     Y..........FELICIDADES


domingo, 22 de junio de 2014

Coca de San Joan: fiesta y tradición.





Y llegamos al solsticio de verano, “Puerta de los Hombres” según la cultura helénica, donde la magia cobra importancia y los conjuros y demás creencias reaparecen en multitud de pueblos para celebrar que estamos vivos y que salimos a las calles, al mundo, a conectar con todo lo que nos rodea, después del largo periodo de frio y oscuridad tras pasar el Solsticio de Invierno” o “Puerta de los Dioses”, encerrados en nuestras casas. Una cena a la intemperie con amigos, una coca de San Joan y una botella de cava o de moscatel, junto con el acto preferido para “sanjuanarse”, inicia el periodo veraniego, de dias largos y noches cortas, en contacto con la naturaleza. Os deseamos unas felices vacaciones. Aquí os dejamos algo para leer que, tiene sus toques curiosos, y si alguien se anima......
Supersticiones propias de San Joan:

1.  La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro su marido será un goloso perro durante su vida.
2.  Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro, felicidad si el gato es de otro color. (yo opino que un gato negro aleja las malas ondas)
3.  Si a medianoche se hace una cruz en los troncos de los árboles, producirán el doble.
4.  Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer.
5.  La higuera y el “pesebre” (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.
6.  Quien vea florecer la hierbabuena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto.
7.  En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan.
8.  Hay que lavarse las manos con agua de manantial para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista.
9.  Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas.
Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de manantial, para que den bastante fruta durante el año.
Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan.
Para aprender a tocar guitarra hay que colocarse durante esta noche bajo una higuera.






Estas son algunas de las numerosas supersticiones y creencias populares que hacen referencia a la noche de San Juan. No sé si tu, tienes fe en estas cosas, si es que si, aquí tienes un montón de actividades que pueden alegrarte, al menos, la noche de San Joan.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, nuestros antepasados celebraban el momento en que el sol, creador y dador de la vida, se hallaba en su punto más alto en el cielo mostrando su esplendor y poder a los hombres y a su vez el momento en que comienza a decrecer en el solsticio de invierno.
Pues como os decía, para atraer su poder y su bendición sobre los hombres junto a sus animales y campos o casas, se organizaban grandes hogueras sobre las que se bailaba y se hacían conjuros; también rituales sobre el amor, para obtener pareja o bien conservarla.
El solsticio es el 21 aunque la tradición de nuestra iglesia lo ha adaptado, como innumerables actos paganos, a su calendario propio como festividad del santo.
Son los elementos, el aire, el fuego, la tierra y el agua los que cobran importancia en la noche mágica, pero en verdad el agua nos merece especial atención por estar presente en la mayoría de los ritos que siguen los adeptos a estos actos para obtener las bondades solicitadas.

Y porqué decimos la “verbena” de san Joan?, pues evidentemente por la importancia que cobra esta planta mágica, la verbena, en esta noche de junio, donde las muchachas casaderas la van a buscar a las doce de la noche para conseguir el amor del hombre que les interesa. También las parejas saltando la hoguera a la misma hora, la hora de las brujas, obtienen la felicidad y la fortuna.
En esta zona costera, es tradición ir a las playas a las doce y mojarse los pies, otros más valientes se adentran hasta situarse con agua en la cintura y mojarse con nueve olas para así obtener su fuerza.

Otro ritual consiste en tomar un cuenco de cristal o de barro, cualquier material menos plástico, y ponerle agua de mar o agua y sal marina gruesa y dentro introducir algún talismán como alguna piedra, una joya, una concha marina etc, y dejarlo a la luz de la luna durante toda la noche para retirarlo a primera hora de la mañana siguiente, así se cargan de energía positiva y se desprenden de todo lo negativo acumulado durante el año.

En cuanto al amor, se suele poner una vela ungida con algún aceite de cardamomo o de sándalo  y encenderla la noche de san juan usando alguna madera de la hoguera, después se toma una cuerda o cordón, si puede ser verde por aquello de la esperanza, sino vale cualquier otro, y se hacen siete nudos mirando la vela y pensando que atraemos el amor hacia nosotros, sin pensar en nadie en especial puesto que es para atraer el amor verdadero, y al apretar cada nudo hay que decir:” En esta noche de san juan atraigo el amor verdadero hacia mi”.

Bueno, esperamos que la noche del 23 de junio sea especial, al menos diferente del resto, y aprovechar para salir y conectar con las fuerzas de la naturaleza, para recargar pilas y comulgar con todo lo que nos rodea, el aire, el agua, la tierra y, un poco, el fuego de nuestra hoguera de San Joan.

La Coca de San Joan, receta de la abuela 



En esta ocasión, hemos confeccionado las cocas con una receta antigua donde la masa, tras extenderla y decorarla, se deja durante 15-20 minutos para que aumente y se hornea. 
Las proporciones para dos cocas medianas:

150 g azucar
350 g harina
50 g de mantequilla
50 g de manteca de cerdo
15 g de levadura prensada
2 huevos
1/2 vaso de leche o algo más
Piel de limon
cucharadita de anises
150 g de naranja confitada
150 g de cerezas confitadas
100 g de masa madre
50 g de piñones
1 cucharada de agua de azahar 



Preparación:

Desleir la levadura con la leche que no esté fria, añadir 100 g de harina, mezclar y dejar fermentar tapada (prefermento). Con la harina restante en bol de amasar añadir los huevos, las grasas, 100 g de azucar, pizca de sal, los anises picados, el agua de azahar, la masa madre y la ralladura de limón, amasar hasta tener una bola compacta. Mezclar las dos masas bien hasta que se despegue de las manos. Hacer dos partes, extender con el rodillo sobre dos latas de horno previamente engrasadas. Pintar las masas con huevo batido, repartir la fruta confitada y los piñones. Dejar reposar 15-20 minutos, espolvorear azucar por encima y hornear durante 15 minutos o hasta que tengan un color dorado a 180º. Dejar enfriar.
Acompañar con cava frio o con vino dulce.




miércoles, 26 de febrero de 2014

Calçotada, un akelarre mediterráneo



Un año más recibimos la invitación de Carme Ferrè y Josep para participar en una de las  calçotadas que organizan durante la temporada de esta hortaliza. En esta ocasión les pedímos que redactaran ellos la crónica del evento y, además, que nos cedieran la receta de la salsa romesco de su cosecha,  resultado de años de estudios e indagaciones, en especial de Josep,  para conseguir el mejor romesco que hemos probado jamás. Desde "lamardecuina" queremos agradecerles esta colaboración desinteresada.

                                 Calçotada, un akelarre mediterráneo


Hay platos que son de fiesta, de grupo, de jolgorio, y la calçotada tiene algo que en parte supera a las paellas, las migas o los asados como comida de celebración: es un plato de temporada, el fuego es a llama viva mediterránea donde la haya y la salsa os puede convertir en auténticos marranitos (por lo que chorrea normalmente).


Los calçots (Allium cepa) son una variedad de cebolla tierna, poco bulbosa, que se conoce desde la antiguedad. Toman su nombre de la manera de cultivarlas para que se mantengan blancas: calçar (calzar), es decir, ir cubriendo de tierra alrededor para protegerlas del sol y mantener su ternura y blancor.


El origen se sitúa en la zona de Valls (Tarragona) en el siglo XIX y bien podría haber sido un descubrimiento al azar. A finales de año se siembra la cebolla, de esta se obtiene un bulbo que a principios de primavera se transplanta y se arranca en verano. Esta cebolla se replanta en otoño y se va calzando. Las calçotadas se celebran en invierno y hasta que llega la primavera. Empieza la fiesta.





Las cebollas en realidad se asan, pero a fuego vivo, las capas externas se queman y las interiores quedan tiernas y sabrosas. Para asarlas necesitáis una parrilla, situarlas limpias de tierra con la parte tierna en el interior (acaradas unas y otras) y colocarlas directamente sobre la llama, hecha de ramas finas, generalmente sarmientos de vid u otras que prendan rápidamente. Cuando estén quemadas de fuera, las podéis sacar, envolver en papel de periódico para que se mantengan calientes e ir guardando.


A parte, para completar, se suele asar carne, al gusto, y también alcachofas, que en invierno son del tiempo.
Pero lo que le da el toque a los calçots y divertimento a la manera de comerlos es la salsa que suele acompañarlos, el romesco, un aderezo muy mediterráneo en sus ingredientes y sabrosísimo también para acompañar ensaladas (xató), carnes o pescados.


El romesco

La base del romesco son los frutos secos tostados y las verduras asadas. Se parece a la clásica picada mediterránea pero potenciada con avellana y almendra. La receta adaptada en Alcanar es de la zona de Valls pero con un truco descubierto que la deja perfecta (gentileza de Josep y Carme).


Se ponen en la batidora (tipo túrmix o de batir fruta):

Frutos secos: entre 5-7 almedras y 5-7 avellanas tostadas por persona
Pan: una rebanada de pan tostado molida
Verduras: 2 ñoras escaldadas, 2 tomates asados (leña, horno o plancha), ajos asados (crudos si queréis la versión fuerte)
Ojo: reservad el agua de escaldar las ñoras!
Sal, pimentón dulce, un chorro de vinagre
Picante o no: si queréis que pique, una pizca de cayena. 

 
En el recipiente cubrimos todo con aceite de oliva y batimos. Añadimos más o menos aceite según la cantidad de salsa romesco que necesitemos.
Una vez batida, veremos que la salsa puede quedar algo disgregada pero hay un truco que la deja perfecta. Con cuidado y hasta que quede perfectamente homogénea, añadir al final, sin dejar de batir, un chorrito de agua de escaldar las ñoras. Llegará un punto en que ya veréis que no necesita más.

Ahora lo tenéis todo, los calçots en los periódicos y la salsa a punto. Lo mejor es situarlo todo en una mesa a parte de la que os sentaréis, y de pie, ir mojando el calçot en la salsa.


¿Como se pelan los calçots?

Para comerse solo la parte tierna untada en romesco, cada uno tiene su estilo de pelarlos. Uno de los efectivos es cogerlo desde el tallo: con una mano los tallos internos y con la otra, sacar los quemados como si le quitáramos un envoltorio. Ensayad, encontraréis la vuestra.
Si habéis hecho un romesco perfecto, no chorreará tanto, pero sin manchas igual se disfruta. Poneos el babero y a sucar!!!


¡Gracias Carme, gracias Josep!


 COMENTARIO NUTRICIONAL



Cómo bien se ha dicho ya, el calçot, es una variedad de cebolla que sólo tenemos el privilegio de degustar en esta época del año, justo cuando los almendros empiezan a florecer. Nutricionalmente, y cómo buena verdura que son, los calçots tienen un bajo contenido en grasa y apenas hidratos de carbono, eso sí, la mayor parte es agua, fibra, vitamina C, ácido fólico, fósforo, calcio y magnesio. Sin  embargo, y aunque hasta este punto no encontramos ningún “pero”, esta verdura no se come sola, sino que va acompañada de su salsa, su carne, su bebida, y su postre y por tanto, el valor energético final dependerá bastante de todos estos  ingredientes: la cantidad de aceite que se utilice para el romesco, la cantidad y el tipo de carne, etc.
Aunque seáis practicantes del “por una vez al año no hace daño”, será bueno no excederse en cantidad para poder terminar la velada sin tener una digestión pesada y molesta, y  quedarse con un sabroso sabor de boca.