miércoles, 8 de marzo de 2017

Lahmacun, otro tesoro de la cocina mediterránea





Un denominador común en la cultura gastronómica de los países que rodeamos el Mediterráneo es sin duda la complejidad y la armonía de los ingredientes utilizados. Carnes y pescados, frutas y verduras, especias y/o hierbas aromáticas, aceites vegetales, mayormente de oliva, se conjugan sin grandes transformaciones dando lugar a sabores increíbles, únicos, que se han extendido por todo el globo debido a la gran aceptación en todas las culturas.

Antepasados griegos y romanos se encargaron de hacernos llegar este legado: pan, vino y aceite, después desde el centro y norte de Europa llegaron las carnes y posteriormente los árabes aportaron el resto de ingredientes: alcachofas, azúcar de caña, arroz y cereales etc.

Además de todo esto, la llegada de los hombres de un hemisferio al otro, incorporó nuevos elementos como las patatas, los tomates, pimientos y algunas especias.

Nuestra dieta tiene algo que destaca sobre otras y es la capacidad de combinar desde el prisma nutricional los ingredientes de una forma correcta para que resulte saludable. Las hierbas y especias se encargan de dar los toques de sabor y olor con lo que ayudan y mejoran la digestión y resultan más agradables al paladar.

Dentro de esta perfecta estructura y como base donde fijar los cimientos se encuentra el pan y derivados de los cereales. Su principal aporte son los hidratos de carbono, energía que necesita el cuerpo para su funcionamiento diario, además de fibra, minerales, vitaminas y proteínas.

Por su fácil digestión y su escaso contenido en grasas, el pan y derivados, es ideal para cualquier tipo de dieta incluso para personas con problemas de hipertensión e intolerancias existiendo para ello harinas sin gluten, panes sin sal etc.




El lahmacun es la variante de la pizza italiana y las cocas de la zona mediterránea que hacen en Turquía donde lo combinan con ensalada y lo aderezan con unas gotas de limón.

Consiste en una base de masa de pan, similar a la pizza, de formas varias, y un picadillo hecho con carne de cordero, en su defecto se puede usar ternera aunque cambia su sabor original,tomate, perejil en abundancia, cebolla, pimiento verde y como especias comino y pimentón, todo ello aderezado con sal, pimienta y aceite de oliva.
 Los turcos añaden una especia más, sumak, que podemos sustituir por tomillo, albahaca u orégano.
La masa se extiende bastante para que resulte muy fina, de modo que una vez horneada podamos ponerle encima unas hojas de lechuga o rúcula, incluso perejil bien picado, y cerrarla o doblarla.

Al primer bocado de lahmacun nuestra mente nos traslada en el espacio y tiempo a otro lugar distinto al nuestro pero que, por otra parte, nos resulta familiar y cercano, esos sabores son tan de casa……..

La masa se extiende con la mano o rodillo hasta dejarla de 1 ó 2 milímetros y la cubrimos con el picadillo al que podemos añadir unos piñones como punto final antes de llevarla al horno y dejarla durante 5/10 minutos en la base del mismo para que se haga bien la masa, después la trasladamos a mitad o un poco más alta durante 5 minutos más. 




 Una vez horneado nuestro lahmacun, acabar con el verde de rúcula o perejil, un chorrito de limón y un chorrito de aceite de oliva……..espectacular, os lo recomendamos.