Esta es una de las algas de más sabor si la comparamos con el resto de algas comestibles aunque es de las menos importantes en cuanto a sus propiedades nutricionales. Posee un alto contenido en yodo y es un potente remineralizante muy indicado en personas convalecientes y deportistas o personas con mucho desgaste físico.
Además su consumo nos aporta vitaminas del grupo B y tiene mucho poder como antioxidante. A tener en cuenta el contenido de arsénico inorgánico, metal pesado y acumulativo en el organismo para personas que ingieren cantidades de algas y pescados aunque estos solamente presentan metales pesados si han vivido en aguas muy contaminadas.
Para la preparación de esta ensalada necesitamos:
- Lechuga hoja de roble (unas cuantas hojas)
- 50 g de alga hijiki
- 1 cebolleta tierna o cebolla dulce
- 2 zanahorias tiernas
- 3 rabanitos frescos
- 150 g de semillas de sésamo
Y para el aliño:
- 3 cucharadas de salsa de soja
- 1 cucharada de zumo de limón recién exprimido
- 1 cucharada de vinagre de manzana o blanco
- 3 cucharadas de aceite de girasol
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Pizca de sal
- Pizca de azúcar
Algas hijiki deshidratadas |
Comenzamos remojando el alga media hora para rehidratarla. Cuando veamos que ha aumentado el volumen la escurrimos y trinchamos al gusto. Reservamos.
Lavaremos las hojas de roble y pondremos a escurrir.
Pelaremos la cebolleta y la cortaremos en finas láminas en forma de medias lunas. Las reservamos en agua fría.
Las zanahorias, si son tiernas, las lavaremos bajo el chorro y cortaremos en bastoncillos. Los rabanitos los pelaremos y los cortaremos en láminas finas.
Tostaremos un poco las semillas de sésamo en una sartén sin aceite durante uno o dos minutos removiendo para que no se quemen y dejaremos enfriar.
Pondremos un cazo al fuego con agua. En cuanto hierva, añadiremos el alga y un poco de soja y taparemos apagando el fuego. Dejaremos en el agua durante 15-20 minutos.
En otro cazo, pondremos agua y en cuanto hierva, echaremos la cebolla escurrida y la volveremos a sacar en medio minuto. Dejaremos atemperar bien escurrida. Con esta operación conseguimos matarle un poco el picante y la fuerza.
En esta misma agua, pasaremos la zanahoria dos minutos y retiraremos. Después el rábano.
En un cuenco o ensaladera, pondremos todos los ingredientes, una vez atemperados y mezclaremos bien.
Al mismo tiempo, emulsionaremos los ingredientes del aliño y regaremos la ensalada. Por último, esparciremos las semillas tostadas por encima.
Madre, madre, lo que se aprende aquí! Qué interesante el mundo de las algas, totalmente a descubrir por mí; lo de hervir un poco la cebolla no lo había oído nunca, y la de veces que no la pongo en las ensaladas por el sabor tan fuerte que deja.
ResponderEliminarCuánto más delgada estaría yo si comiera este tipo de ensaladas.. ay.. habrá que ponerse!
Read you later!
Pues en verano y con estos calores las ensaladas tapan el hambre y aportan agua y minerales que es lo que el cuerpo necesita. Saluditos!
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