martes, 4 de septiembre de 2012

Uvas, frutas del Olimpo.


Es imposible escribir  sobre las uvas sin mencionar el vino. La enorme variedad de uvas para vino y de sabores que se extraen de ellas en la vinificación es simplemente asombrosa.
Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de los tipos de uvas de mesa que se encuentran en las tiendas. En términos generales, la diferencia entre las uvas de mesa y las de vino es que las primeras se seleccionan para que tengan el pellejo fino y carezcan de semillas, para que sean más fáciles de comer. Gran parte del sabor de una uva está en el pellejo, que también da su color a los vinos tintos y rosados. Pero la división entre mesa y vino no es absoluta; algunas variedades cumplen ambas funciones. El vino moscatel, por ejemplo, tiene la insólita cualidad de saber cómo las uvas con las que se elabora (pensemos en la frecuencia con que los vinos saben a manzana, pomelo, uva espina, albaricoque, melón y grosella, y en las raras veces en que sabe a uvas). Las uvas de moscatel, con su carácter floral y de miel, y sus notas de rosa y semilla de cilantro, también están deliciosas cuando se comen del racimo. Otras uvas blancas de mesa tienen sabores similares, mientras que las uvas rojas y negras tienen notas de fresa y grosella, al menos cuando se les da tiempo para desarrollarse en la vid.

 
Pero esto, por desgracia, es raro, y demasiadas veces tenemos que cargar con variedades ligeramente inmaduras, sin semillas, cuyo sabor se podría describir en el mejor de los casos como genéricamente afrutado. El carácter frutal, agridulce y no intrusivo de las uvas va bien con otras frutas, o como contrapunto refrescante para la carne. Las buenas, hay quien prefiere comérselas solas. (Fuente: Enciclopedia de sabores)
La combinación de esta fruta y el pescado, en particular el blanco de carne firme como el lenguado, el rodaballo, es perfecta para los estómagos delicados. Os animamos a probar esta receta, que seguro la vais a incluir en vuestro manual, al ser un plato suave, fresco y fácil de preparar.

 
Lenguado Verónica

  • Los ingredientes para 2 personas:
  • 2 lenguados
  • ¼ de uvas blancas (moscatel, preferiblemente)
  • 1 copa de vino blanco seco o vermut
  • 1 cebolleta tierna
  • ½ l de agua
  • ¼ de nata o crema de leche
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 12 uvas blancas, sin pepitas cortadas por la mitad
  • Sal
  • Pimienta blanca molida
  • Estragón o perejil.
  • Jugo de ½ limón
  • 1 hojita de laurel
 
Filetearemos los lenguados y pondremos espinas y pieles a hervir con un poco de perejil y la hoja de laurel. Haremos un caldo blanco y reservaremos.
Colocaremos en placa de horno los filetes, mojaremos con un poco de caldo del pescado y el vino blanco y los introduciremos en el horno precalentado a 200º , durante 5-8 minutos.
Trituraremos unos granos de uva y colaremos el jugo. En sartén, pondremos una cucharada de aceite o mantequilla y echaremos la cebolleta finamente picada. Cuando vaya cogiendo color añadiremos los granos de uva, salteando durante un minuto. En seguida añadiremos un poco de jugo del que suelte el pescado y el jugo de uva que tenemos reservado. Añadiremos un poco de nata y llevaremos a ebullición para que la salsa coja cuerpo y sabor.
Serviremos el pescado en una fuente, rociaremos con la salsa y las uvas por encima.



2 comentarios:

  1. Hey!
    Muy rica esta receta, pero, para mí, las uvas aparte, ellas solitas y de postre. Ya siento ser tan clásica, por más que lo he intentado, no puedo comer frutas en ensalada ni con carnes ni pescados; le pasaré la receta a mi hermana que es mú modelna y se atreve con todo, así que gracias de su parte, que sé que me las va a dar. Ayer compré unas uvas garnacha, negras, enanísimas, muy ricas, nunca las había visto a la venta con ese nombre; la moscatel, más dulce no puede ser, hay que aprovechar las temporadas.

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  2. Si, si, el verano, además de mucho calor nos trae variedad de frutas. Es lo mejor!Saludos!

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