La ensaimada es uno de los dulces que más me gustan, por su sabor suave, por la textura ligera de la masa, por la facilidad de su preparación. Pero estoy hablando de las ensaimadas que preparaban en mi pueblo, las de toda la vida. Mi abuelo paterno era panadero. Eran cinco hermanos, todos ellos se dedicaron a esta bonita profesión.
En aquellos tiempos donde el pan era pan y aún no se habian inventado los mejorantes panarios, los emulgentes y todos esos potingues, los panaderos sacaban lo justo para vivir, a veces tenian problemas para llegar a fin de més porque no se vendía tanto pan como ahora.
"Ya fermentadas, a punto para hornear...." |
Eran muchos los que preparaban su propio pan en casa. En los pueblos pequeños la vida era dificil y dura. En este pueblo, la agricultura era la forma de vida junto con algo de ganado ovino. Los pageses, la gente que tenian su casa y vivian en el campo tenian su pequeño horno.
Amasaban una vez por semana y elaboraban grandes panes que luego guardaban envueltos en mantas, así disponian de pan durante siete dias o más. Al ser un pan de verdad el tiempo de conservación era largo y los grandes panes u hogazas de corteza gruesa y tostada que podian pesar 1 ó 2 kilos desarrollaban su sabor al segundo o tercer dia despues del horneado. Mi padre dedicó la mitad de su vida al pan.
No necesitaba consultar ninguna formula, las tenía todas grabadas en su cabeza. El trabajo de sus manos cuando amasaba era tan mecánico que podía estar en mente y cuerpo en otro lado mientras iba preparando la masa, luego las bolas, la forma...
No le gustaba enseñar. A menudo nos decía que nos fijáramos en lo que hacía. Si le lanzabas una pregunta casi se ofendía, no era muy comunicativo, la verdad.
He tardado mucho tiempo en darme cuenta de su legado, del cariño por todo lo relacionado con el pan, del olor a masa fresca, de los fermentos, las levaduras, del olor a pan cuando sale del horno y empieza a crujir. Por eso cuando preparo estas ensaimadas pienso en mi abuelo, en las gentes que las iban a buscar a su panadería, en los aromas que recorrían las calles del pueblo donde estaban los hornos, en el humo y el olor a leña cuando se encendian, y en mi pensamiento hay un sentimiento de añoranza que hace referencia a cosas muy, muy lejanas que se han perdido para siempre, como el sabor de estas ensaimadas que se comían allá por el año 1900.
Que ricas las ensaimadas !!
ResponderEliminarToni, Ángela comenta en mi blog desde hace poco, es entendida en música y toca el piano, ha propuesto la tuya: "Adagio para cuerdas" ES PRECIOSA.
Hola amiga!Estoy encantado de leerte de nuevo por aquí, uno de los miles de blog que huelen a comida, ja ja!!Bueno, espero poder leer y comentar en tu blog con Angela cosas de música pues tambien soy músico aficionado, no de profesión. Si, la verdad es que este hombre es poco conocido por la sombra que le hacen los grandes maestros y por estar tan cerca de nosotros su obra (murió en 1981). Creo que es una buena propuesta! Un saludo.
EliminarHola, Toni,
ResponderEliminarqué bonito post, me encanta, los blogs que más me gustan son los que además de las recetas, cuentan historias con alma, si son familiares, más entrañables aún, te agradezco que hables con esa sinceridad, no es fácil, que compartas recuerdos tan bonitos; has tenido mucha suerte en la vida, pertenecer a una familia de panaderos me parece lo mejor del mundo, los que no hemos tenido esa suerte al menos tenemos la de poder aprender de tí, muchas gracias, de verdad.
Y no creo que se haya perdido para siempre ese sabor tan lejano, venga, tienes que recuperarlo y contárnoslo, tengo que probar una ensaimada de ésas o me dá algo del antojo, jajá, besinos!
Hola Maritxu; gracias por tus agradables comentarios. Espero poder continuar contando historias curiosas. Me gusta hacerlo porque son únicas, no como algunas de las recetas que las puedes encontrar en otros sitios. Espero y deseo seguir contando con tus visitas, siempre son bien leidas. Saludos!!
EliminarHola Guillem!Gracias por tu comentario. Ya sabes aquellos refranes de "Las apariencias engañan" y ese otro "El secreto está en la masa". Esto que tu denominas cocas (seguro que en tu zona lo son) son las ensaimadas que hacia mi abuelo panadero en mi pueblo. Las formas son las que se les quiera dar pero el interior es un gozo de sabor y textura. En este post lo que pretendo es dar a conocer un tipo de bolleria que aquí ya se ha perdido. Ahora en las panaderias, en casi todas, venden las clásicas ensaimadas "mallorquinas" hechas en grandes industrias y distribuidas congeladas o semi para su acabado en los hornos de cada despacho.Un saludo!
ResponderEliminarPD -Por si te animasaquí te dejo una receta de la masa de ensaimada mallorquina.
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