viernes, 23 de noviembre de 2012

Tortilla trifásica y tomate




















“Las comidas reposadas y las cenas paseadas”-. Este es un refrán de siempre que ya me repetía la abuela. Y es cierto. La mayoría no tenemos buenos sueños si nos vamos a la cama con la tripa llena, hay que esperar un rato para que los duendes que trabajan para nosotros cumplan su misión y desalojen el estómago, así el cuerpo se concentra en otras cosas y no en la dificil- fatigosa tarea de la digestión.

Todos o casi todos los que tenemos algunos años recorridos sabemos de estas cosas, bien por las enseñanzas de nuestros padres o abuelos o porque en alguna ocasión hemos tenido que visitar al médico por alguna “fartera” mal orientada.



Las cenas han de ser lo más ligeras posibles: crema de verduras y huevo, sopa y pescado, ensalada y jamón serrano o dulce y tambien fruta y/o  yogur.

Y si la ocasión nos obliga a cenar con más fundamento un pequeño paseo al acabar la ingesta será ideal para tener un sueño placentero y reparador.

Las tortillas trifásicas o huevos trifásicos son habituales por esta zona. Se trata de cuajar el huevo con tres elementos a partes iguales. Podemos variar los componentes como en las paellas o los arroces, así los gustos se ponen de acuerdo con los antojos de cada uno.

 En esta ocasión los ingredientes que hemos elegido son:


  • 1 calabacín de piel clara muy tierno (15-20 cm)
  • 1 patata mediana
  • 1 cebolleta (o media cebolla seca)
  • 2-3 huevos grandes (hemos utilizado 2)
  • Aceite de girasol o de oliva muy suave
  • Sal
  • Pimienta

Preparación:


Poner una sartén (que no se pegue) a calentar con una cucharada de aceite. Pelar y cortar la cebolleta en juliana y echar a la sarten. Pelar la patata y lascar en trozos pequeños (se hace antes), lavar bajo el chorro y añadir a la sartén.

 Lavar el calabacín o bubango, como lo llaman en las islas Canarias. Cortar en cuatro tiras longitudinales y despues a dados e incorporarlo a la sartén. Pizca de sal. Bajar el fuego y tapar para que el conjunto se haga despacio durante 10-15 minutos.



 
Mientras batir los huevos y reservar en el bol. Pinchar la patata para comprobar que está hecha y mezclar en el bol con el huevo. Salpimentar la mezcla y chafar un poco la patata. 

Poner la sartén al fuego fuerte. En cuanto humee verter la mezcla y cuajar. Dar la vuelta y cuajar. Bajar el fuego y dejar un minuto para que se haga por dentro. Retirar del fuego.


Hemos acompañado el trifásico con un tomate aliñado con aceite de oliva  verde del sur,  unas gotas de limón y sal.





¡Dulces sueños, amig@s!













6 comentarios:

  1. Aúpa!
    Lo de trifásico no lo había oído nunca aplicado a la comida, nunca te acostarás sin saber una cosa más, gracias. Vamos, que llevo media vida haciendo tortillas trifásicas y sin saberlo, jajá! Mi tercera fase suele ser jamón, champiñones, pimiento verde o rojo, atún.. pero nunca calabacín, probaremos, rico seguro.
    Tampoco conocía ese dicho de tu abuela, y mira que mi madre era muy refranera.. siempre aprendiendo por aquí, un placer!
    Sweet dreams for you too, my friend!

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  2. Aúpa Maritxu!
    Tus trifásicos deben ser de diez con esos ingredientes que les pones, ya me pasarás una receta de uno de los tuyos. En cuanto al refrán de mi abuela, es verdad que por aquí se usa mucho. Y este? "Déjate de tanto refrán y empieza a buscar el pan".- Salud!!

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    1. Ay, Toni, no me hagas reír, pasarte yo recetas... una aficionadilla a un cocinero profesional? por favor, qué vergüenza! bueno, igual que la tuya, en lugar del calabacín, cualquiera de esos ingredientes, menos el champi, que iría justo al final, un par de minutos. Justo me estoy acordando de un pintxo que ví en un bar y lo hice después en casa y estaba muy rico, sobre una tortilla de patatas normal se echa una capa finita de una bechamel ligera con un poco de jamón, champis y perejil; para variar está bien, éso sí, menos ración, claro.
      Ay qué bueno el refrán, me encanta, tampoco lo conocía, es buenísimo, cuánta sabiduría encierra; si se enteran mis hijos, me lo dirán a menudo porque tengo la costumbre de repetirles muchos de los dichos de mi madre y me llaman cariñosamente "pesada", se los saben todos de tanto oírme y los acaban ellos antes que yo, es muy díver; buf, vaya enrollada, hala, dulces sueños, amigo!

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    2. Ríete si quieres pero es cierto. La cocina tradicional, a la que yo estoy abonado, es la raiz, la base de todo lo demás, y esa cocina se ha mantenido durante mucho tiempo gracias a las recetas que se han "heredado" de las familias, de padres-madres a hij@s. Y hay muchas de esas recetas que no estan en los libros de cocina, estan en la sabiduría popular. Un saludo!!

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    3. Toni, no me malinterpretes, por favor; estoy totalmente de acuerdo en lo que dices, lo de reírme era una forma de hablar, quería decir que me dá apuro dado mi poco nivel culinario darte recetas a tí, todo un profesional; bueno, para compensar, te digo una receta que me pasó mi madre y que creo que no está en los libros, la presenté a un concurso de mi amiguiño Tito, buscas en Google: Tito 1972 Tortitas Maria Aida y ahí está, a ver si te gusta, nos leemos!

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    4. Bueno, bueno, ya veo que estamos en el mismo bando, ja,ja. He encontrado la receta tras buscar lo mio. Parece como una masa de crepes pero sin grasa. Este tipo de masas dan mucho juego, si le das azucar van para postre, si sal para rellenar o acompañar. Y además ganó el concurso no?. Ves, esto es lo que hemos comentado con anterioridad, una receta que ha pasado de generación y seguramente tus hijos seguiran con ella. Eso es muy importante y muy bonito!Besos!

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